INFIERNO EN LA TIERRA

Sobre: “ESTE LUGAR NO EXISTE”  

Existen lugares recónditos “no visibles” en nuestro Perú. Estos parajes son consecuencia de la falta de presencia del Estado e integración social que, al mantenerse al margen de oportunidades concretas de desarrollo, amparan flagelos sociales y ecológicos, en algunos casos, irremediables. Madre de Dios, una de las siete mayores zonas productoras de oro, figura en este devaluado mapa.
Irene Eyzeguirre, Yaremís Rebaza
y Santiago Torres
Esta región representa un 6.6% del territorio peruano y tiene como principal actividad económica a la minería, la cual aporta el 41% del PBI regional. La explotación ilegal e informal del oro asentada aquí ha dejado una huella espantosa: altas tasas de deforestación, trata de personas, reclutamiento y coerción de adolescentes para prostitución. A nivel nacional del total (81%) de víctimas de trata: un 66.4% son captadas para explotación sexual, mientras que un 23.2% lo son para explotación laboral según cifras del Ministerio de Salud (MINSA, 2014). Este lugar no existe” (2019), potente pieza teatral de Alejandra Vieira ganadora del Concurso Nacional de Nueva Dramaturgia Peruana 2017 del Ministerio de Cultura (MINCUL), nos traslada a esta realidad de incómodas estadísticas. La obra es de un contexto social fuerte (prostitución, minería informal y deshumanización) en el marco de la etapa de vida adolescente, donde la dignidad e integridad humana valen poco o nada, como si de una ficción se tratase.
La autora ha incluido arcaísmos y modismos lingüísticos de nuestra Amazonía siendo elementos precisos para darle verosimilitud y armonía al texto. La dirección de Vieira, un acierto dramático y estético, por cierto, logra despertar el interés y movilizar la sensibilidad de los espectadores, confrontándolos con un contexto “concreto”, pero, a la vez, “inexistente” por su lejanía geográfica o desatención estatal.
"Este lugar no existe" escrita y dirigida
por Alejandra Vieira.
En ese limbo siniestro aparece Julia (Yaremís Rebaza), una adolescente de 15 años que solo quiere “ir a la escuela a aprender y a jugar con sus amigas”. La pobreza y orfandad en la que se encuentra como resultado de una sociedad fraccionada y alejada de oportunidades le han impedido cumplir ese sueño. Resignada y sin aspiraciones, decide iniciarse como trabajadora sexual. En esta situación conoce a Ernesto (Santiago Torres), su primer cliente, quien le restaurará un mundo de ilusiones. Apenas mayor a ella, este muchacho de 17 años proveniente de Abancay ha llegado al Manu a trabajar en una mina de extracción de oro. Pero la mina a la que llega es informal, y el joven es víctima de engaños, amenazas y violencia. Ambos jóvenes son piezas de un inevitable engranaje que los llevará a unirse ante situaciones dolorosas y deprimentes. Un costo necesario para que, de alguna forma, sanen la soledad de sus vidas y puedan alimentar sus nuevas esperanzas. Saben que no será fácil abandonar ese lugar seco y podrido, “donde los árboles no dan fruta, donde la tierra no da planta, donde la vida no vale nada”. Esta resolución los convertirá en valientes cómplices de una misión sinigual: escapar del infierno y vivir como se merecen.
Rebaza y Torres, alumnos de la Facultad de Artes Escénicas de la Pontificia Católica del Perú (PUCP), mantuvieron esta historia con entrega y vitalidad, aunque, por momentos, perdían el dejo de sus personajes. Junto a ellos, Irene Eyzaguirre tuvo una destacada actuación encarnando a la abuela de Julia. Su trascendencia mística y onírica en la puesta alcanzaba los niveles de conciencia, voz interna y la calma de su impetuosa nieta.
La obra ganó el Concurso Nacional de Nueva
Dramaturgia 2017 del Ministerio de Cultura del Perú.
Algo visto en el escenario que primero simulaba ser una habitación (colchón de espuma, unas sábanas y una caja de cerveza) para luego transformarse en un lugar de almas solitarias (¿cielo o infierno?). La iluminación cobra aquí un valor innegable al acentuar el realismo y la privacidad del prostibar con la misma convicción de las escenas más surrealistas. De ese modo, el color y movimiento de las luces permitían salir de un plano “real” a otro “mágico”, que podrían ser los sueños o pensamientos... Los actores, además, utilizaron una sábana que marcaba los tiempos de diálogo entre ambos, así como que les facilitaba situarse en la habitación o fuera de ella. Con rigurosa honestidad y sencillez, “Este lugar no existe”, la primera puesta de Onírica Teatro, ha retratado algo más que una cruda realidad, se ha aproximado a las fibras más sensibles de un espectador capitalino habitualmente ausente.

TOMA NOTA: Este lugar no existe volverá a escena desde este jueves 25 de octubre en el Museo de Arte de Lima (MALI).

FICHA DE LA OBRA
Este lugar no existe” de Alejandra Vieira
Dirección: Alejandra Vieira
Elenco: Yaremís Rebaza, Santiago Torres e Irene Eyzaguirre
Temporada: Del 08 de agosto a 29 de setiembre
Lugar: Sala Tovar (Ca. Tovar 255, Miraflores)

LUISA RAL
Crítica Teatral Sanmarquina

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