VERSOS DE LUCHA

SOBRE: “TU PAÍS ESTÁ FELIZ”

De movilizaciones masivas y situaciones críticas son las noticias de estos últimos días, semanas y meses a la parte del hemisferio que nos tocó habitar. Latinoamérica, además de ser un extenso territorio de cultura, idioma y sistema político comunes, también comparte los lamentables efectos de un modelo neoliberal –impuesto por la fuerza en muchos de sus países– que recrudece las formas de vida sociales y la dignidad de sus ciudadanos.
Entre la carencia, el abandono y la represión, las manifestaciones y protestas se levantan en medio de un contexto que cada vez se torna más álgido e insostenible para el sector mayoritario de la población. En este momento un grupo de jóvenes asumen nuevamente la vieja pregunta de Antonio Miranda sobre “¿cómo pensar en poesía en los días que vivimos?”. Ellos asumen nuevamente la recreación y reinterpretación de una puesta en escena que marcó una época en el teatro de militancia latinoamericano y el ascenso de míticos e históricos grupos como “Rajatabla” (Venezuela) y “Cuatrotablas” (Perú); estamos hablando de “Tu país está feliz”. Bajo la dirección de Johan Escalante, “La Histriónica” de Barranco parece reabrirse una caja empolvada de viejos versos, preguntas y cantos corales.
Siete actores (Joel Madrid, Lola Santillana, Leny Luna Victoria, Paola Vílchez, Rocío Montesinos, Daisy Avilan y José Alejandro Rodríguez) acompañados de dos músicos (Diego Huayhualla en la guitarra y André Blua Boza en la batería) dan sentido, cuerpo y voz a los versos de Miranda después de casi medio siglo de su primer estreno, allá por el año 1971 en el Ateneo de Caracas. Entonces cabe preguntarse acerca de la distancia entre el primer y último tiempo de “Tu país está feliz”; sobre el pasado y el presente de los temas que reposan en la dramaturgia del autor y la actual intención de Escalante; qué de todos estos temas y romances, utopías y melancolías continúan presentes en el vertiginoso estado contemporáneo de las cosas. Al apreciar el montaje de Escalante se puede percibir las formas y gestos de un tipo de lenguaje marcado por un estilo vanguardista que deviene de una cultura y cultivo del teatro popular y de grupo, pero con toques de un teatro musical.

"Tu país está feliz" con los elencos
de 1971 y 2019
El juego de voces, la coralidad, la poesía en conflicto, complementariedad y simultaneidad con la acción, lo no aristotélico y el aspecto político, pero, sobre todo, el espíritu contestatario acompañan también la continuidad de los valores y estructuras que Miranda percibe en sus versos, los primeros imaginarios de una sociedad entregada la conformidad de su dominio por fuerzas políticas, religiosas, de control estatal y de capitulación a las creencias revolucionarias, una sociedad cargada de responsabilidades (“mis responsabilidades/ellas crecen/por todos los lados/dentro y fuera de mí/y yo me someto/para sobrevivir”), síntoma mismo de lo que el filósofo alemán Ernst Bloch (1885-1977) caracterizó como la transición del “principio de esperanza” al “principio de responsabilidad”. Una melancolía de izquierda re-puesta que lamenta la ausencia y demanda la presencia de nuevas convicciones.
Pero, además, cabe resaltar que el montaje de Escalante cobra una renovada fuerza en el compuesto de actores peruanos y venezolanos que nutren al espectáculo de una cuestión contemporánea, aquella que remite a las movilizaciones masivas de personas de un país a otro. Sea por fuerzas globales económicas o por políticas represivas, la figura del migrante se ha vuelto signo y símbolo de la precarización de la vida; aquel condenado a la permanente no pertenencia a su lugar de origen y que llegados desde muy lejos han despertado toda clase de temores expresados en el racismo y la xenofobia.
Primero, de países de sur a norte o de ultramar y, ahora, de sur a sur, muchos de estos trasiegos se han producido entre países fronterizos en una sola región, donde la búsqueda de nuevas y mejores condiciones de vida en muchos casos ha convertido a los migrantes en pura fuerza productiva, condición compartida con los agentes productivos locales (o, incluso, devaluados por debajo de ellos), ubicados en el último lugar de la jerarquía y despojadas de su capacidad de movilización o ascenso social.
Éxodo y pobreza son condiciones que están presentes en la obra, como una añoranza sobre lo que fue, la capacidad involuntaria de un viaje y la esperanza de un volver a empezar (Vivir será/un incesante/fluir). Son versos adelantándose a otro tiempo y puestos de manifiesto en el trabajo de Escalante; versos que cierran la puesta en escena con la incertidumbre, pero seguridad del eterno movimiento de las cosas, el guion dialéctico de tiempos anteriores que parece, hoy en día, estallar frente a nosotros, una puesta en escena construida por ese mismo infortunio de estar lejos pero con la fortuna de los encuentros.
Entre momentos donde la poesía y la acción resaltan y se sustentan, y otros donde parece diluirse en la no claridad de las voces y acciones de un texto apresurado, es imposible no quedar atado a una de las frases e imágenes sueltas de la obra. Con una necesidad de que los músicos no aparezcan tan alejados y marginados del hecho escénico –lo cual divide y resta fuerzas al espectáculo–, cabe mencionar y destacar el trabajo original de volver a musicalizar la poesía de Miranda y la precisión de su ejecución en vivo.
Por otro lado, la luminosidad es de una presencia sobria y cálida salvo en un momento de riesgo donde aparecen desnudos, los cuales son cubiertos por un rojizo suficiente. 
Y, aunque en diversas oportunidades, la presencia del espectador no se-a-justa con los esfuerzos de nuevos grupos emergentes en la escena local, incluso en una de las zonas de mayor consumo de teatro, estamos frente a una obra que en su propia naturaleza demanda la presencia de una gran cantidad de espectadores, de lo contrario da la apariencia de que agoniza aún más en la ausencia. Y aquí también uno puede toparse con el síntoma de otro tiempo: ¿cómo mantener la fe en una nueva era de productores, de fechas exactas, de enorme competencia y renovación de la cartelera donde es imposible crear, ensayar y sostener un montaje en larga duración? Esperemos que montajes como “Tu país está feliz” no sean solo espectáculos de única oportunidad y de fechas cortas; esperemos que la mística que construyeron los grupos de teatro de décadas anteriores encienda y renueve la búsqueda de nuevas propuestas genuinas y sinceras para que el teatro se sacuda de una banalidad que vende fácilmente cualquier frivolidad porque “para el buen entendedor una sola palabra”: poesía. 

FICHA DE LA OBRA
“Tu país está feliz”
Dramaturgia: Antonio Miranda (Brasil)
Dirección: Johan Escalante Chacón
Elenco: Joel Madrid, Lola Santillana, Leny Luna Victoria, Paola Vilchez, Rocío Montesinos, Daisy Avilan, José Alejandro Rodríguez
Música en vivo: Diego Huayhualla (Guitarra) y André Blua Boza (Batería)
Temporada: Del 04 al 19 de octubre de 2019
Lugar: La Histriónica (Av. Bolognesi 397, Barranco)
Un montaje de EL GRUPO 

KEVIN RODRÍGUEZ SÁNCHEZ
Crítica Teatral Sanmarquina

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