Escrita por el
dramaturgo, guionista y productor de teatro y televisión Eduardo Adrianzén
(Lima, 1963) y dirigida por el actor y director Oscar Carrillo (Lima, 1965),
esta obra narra los avatares de una relación amorosa prohibida, cuyos protagonistas
son dos personas diferentes, aunque unidas por las ganas de vivir esa aventura.
Por un lado está
Nina, profesora universitaria de literatura universal, mujer casada pero libre,
segura de sí misma, inteligente y poco convencional; y, por el otro, está su alumno
Alejandro, un muchacho soñador, apasionado y con aspiraciones de poeta. La historia
de amor se desarrolla junto a los diferentes sucesos que marcaron a la Lima de los ochentas: los
atentados terroristas, las inflaciones, y el miedo que experimentaba toda la
sociedad. Todo se inicia un día
en el que se aparece en la casa de Nina (en ese momento ella es una anciana) un
joven llamado Claudio, quien la busca para contarle que su padre, Alejandro, ha
fallecido recordándola. Por eso, Claudio empieza a buscar en Nina una serie de
respuestas a todas esos sucesos que llegaron a marcar la vida de Alejandro y a
revivir todos esos recuerdos que le dejó en secreto. Y es aquí dónde
comienza la trama de la obra: una Nina mucho más joven y Alejandro disfrutan de esa relación, comparten penas, alegrías y más tarde viven atormentados por la
presión de sus propias vidas y de una sociedad en caos que no les garantizaba siquiera
seguridad dentro de sus propias casas.
Puede decirse que la historia
rompe con algunos estereotipos. Por ejemplo, no observamos a una clásica mujer
desvalida-sumisa-insegura en busca de amor y cariño, sino a una que, a pesar de
tener un vínculo matrimonial dentro de una sociedad machista, siente y tiene la
total libertad de elegir y hacer lo que ella desea hacer, aún si para muchos
está mal. Nina nos da una visión muy
interesante de la realidad y de muchas verdades que el ser humano difícilmente
acepta o en todo caso esconde. El joven, en cambio, es
un muchacho idealista, mira las cosas y actúa de forma muy sentimental, se deja
llevar por sus impulsos más que por la razón. Hablamos de dos polos opuestos
que se contradicen, que entran en conflicto, que cuestionan de diferentes
formas la realidad que les toca vivir, pero sin dejar de lado el motivo que los
ha llevado a escribir y compartir esa historia. Dentro de esta
relación escondida –y mantenida por mucho tiempo– vemos que, a pesar que el
espectador puede deducir el desenlace por el contexto histórico o la lógica, esta
no deja de impactar. Lo logra contándonos cómo estos personajes siguen en
constante aprendizaje, en evolución, cómo sus vidas van cambiando, pero, sobre
todo, haciéndonos reflexionar acerca de lo que muchas veces vivimos –o queremos
vivir– y que al final termina por desvanecerse, pues toda acción cae por su
propio peso y se convierte en un recuerdo muy profundo al que sin querer nos
aferramos y que nos termina marcando para bien o para mal.
Ficha
técnica
"La Eternidad en
sus ojos", de Eduardo Adrianzén
Dirige: Oscar
Carrillo
Actúan: Sonia
Seminario, Ximena Arroyo, Claudio Calmet y Franklin Dávalos
Lugar: Teatro de
Lucía (Calle Bellavista 512 Miraflores)
Las funciones van de
jueves a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
La temporada culmina
el 14 de julio
BERTHA
ÁVILA PELÁEZ
Crítica Teatral Sanmarquina
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