"Creo que todo el teatro es político, social y reivindicativo"

Entrevista a DIEGO LA HOZ
Director de “Un saludo que no llega”

Bajo un perfil elegante e intimista, Abraham Valdelomar (1888-1919) contribuyó a forjar una de las corrientes más disruptivas en la literatura peruana. Mientras algunos autores buscaban “lo peruano” entre arcaicos pasajes coloniales, otros como él viraron la mirada hacia lo nuestro, a la provincia.
“Un saludo que no llega”, reciente creación de Espacio Libre, extiende un puente histórico entre dos momentos del país (1916 – actualidad) marcados por una inconclusa y postergada premisa: ¿qué es el Perú? Encontrar una respuesta conciliatoria ante antiguas inquietudes es una tarea colosal.
Valdelomar, un dandi de ideas provocadoras, es el “médium” que desafía el pensamiento de la época, sus prejuicios y temores. Diego La Hoz retrata con ironía, mordacidad e inteligencia a este personaje con un resultado dinámico y políticamente trasgresor. Tan necesario en estos tiempos.
Los momentos de reivindicación sindical destacan por su mensaje. Cada sacudida moviliza, confronta y aviva la conciencia. Mérito completo que debe a su joven elenco (Natalio Diaz, Alexandra Jiménez, Nilton Minaya y Javier Quiroz) en polifacéticas funciones que, en el fondo, construye una sola voz, la histórica y la del grupo mismo. Ese mensaje se sostiene con textos de Federico García Lorca, Bertolt Brecht y Hernando Cortés. Cada escena es tejida con ternura y lucidez por Aurora Colina, cuya presencia brilla entre cálidas sombras del montaje. Romper la “cuarta pared” alecciona e involucra al público, sin caer en una superficial nostalgia. Al final de la función conversamos con La Hoz.

“Un saludo que no llega” es una obra compleja y depurada…
Estaba escribiendo sobre Colónida y, a la par, buscaba una línea de acción diferente. Por eso, cuando escribí los textos, estaba pensando en cómo los diría Aurora Colina. Todo lo demás lo fui imaginando y sumando burlas e ironías como que le digan “la primera actriz”, frases que a ella no le gusta.
En el proceso se fueron añadiendo textos de “Doña Rosita la soltera” (1935), pieza teatral de Federico García Lorca, fragmentos de poemas del alemán Bertolt Brecht y “Abuse usted de las cholas”, uno de los monólogos de “La Ciudad de los Reyes”, de Hernando Cortés.

Pero es ritualista…
Es un aspecto que hemos descubierto en pocas funciones. Creo que esa sensación proviene del juego de luces y sombras; y al tener como hilo conductor a una “ACTRIZ” (Colina), que cumple 60 años en la ficción y en la realidad, contribuyen a darle este estilo peculiar.

¿Cómo llegas a “Colónida”?
Más allá de las coincidencias centenarias, “Colónida” era uno de los disparadores del taller Libera(c)ciones 2015. Fue muy interesante ver a esta revista o movimiento –aún existe un debate al respecto– liderado por un personaje tan controvertido como Abraham Valdelomar. Además, en el contexto de la época (1916) se gestarían las primeras luchas populares.

Un tiempo de cambios…
Hubo intentos para rebelarse contra el sistema. Me gustan los disparadores que generan contradicciones y están cargadas de misterio porque nos permite cuestionar una historia que ya sabes de memoria. Esas contradicciones me parecían muy ricas: una revista con cuatro números y a los tres años muere Valdelomar en una circunstancia extraña.
“Un saludo que no llega” recoge la idea de un Perú que se empieza a cuestionar. “¿Cuando el Perú fue el Perú?” puede escucharse en la obra. Es una experiencia pedagógica que no se enseña en los colegios. Por ejemplo, muchos creen que Valdelomar murió en un silo. No es cierto.
Eso lo dijeron los detractores porque Valdelomar estaba en campaña política. Sin embargo, no fue así. Se desnucó. Estuvo tres días bastante mal, con Artemio, su compañero de confianza que releva sus últimos días. No se sabe si fue él quien lo empuja. Hay muchas especulaciones sobre eso, pero en nuestro país es más fácil echar lodo al otro.

La puesta involucra a diversos autores, colaboradores y actores, ¿cómo manejaste esa multiplicidad de voces?
Trato de encontrar el punto en común –una voz– en la diferencia. Creo que el peor error que podemos tener quienes hacemos este tipo de teatro es que muchas veces tratamos de pensar igual: creemos que lo que nos motiva como grupo tiene que ser un mismo pensamiento cuando lo que nos reúne es esa multiplicidad de pensamientos y eso enriquece los trabajos grupales. Al final importa cómo encontramos puntos en común en esa diversidad

Por tus propuestas, ¿sientes que existe algún tipo de sesgo o prejuicio?
Creo que todo el teatro es político, social y reivindicativo. Lo que sucede es que, a veces, lo olvidamos. A mí me interesa un teatro que rescate su esencialidad. No creo que mis trabajos sean mejores o distintos que otros, simplemente orientan sus voces de una forma particular desde un carácter primigenio social. El teatro es convivencia, convivimos unos con otros, desde los actores –entre nosotros– hasta la experiencia teatral más abierta con el espectador.

Un siglo después, ¿hemos alcanzado algún tipo de identidad?
La doble moral es el mayor problema de este país  podría decirse que no hablar de lo que en verdad deberíamos ha impedido este proceso. El Perú es un país múltiple, de muchos teatros e identidades. En ese sentido, no tratemos de encontrar una sola identidad, la ironía en la obra va por ese lado.
Si no nos reímos de nosotros mismos ni logramos curarnos con honestidad, vamos a enfermarnos de todo (la violencia, el “serrucho”, ensuciar al otro). Estamos llenos de podredumbre por lo que queda reírnos. Esta es una obra curativa porque termina compartiendo salud.

EDER GUARDA / ADA LANDEO
Crítica Teatral Sanmarquina

FICHA ESCÉNICA
“Un saludo que no llega”
Dramaturgia y dirección general: Diego La Hoz
Dirección adjunta: Karlos López Rentería
Selección de textos: Bertolt Brecht, Alfonso González Prada, Federico García Lorca, Hernando Cortez, Abraham Valdelomar y César Vallejo
Colaboraciones: Jhuliana Acuña, Natalio Diaz, Luana Fretel, Alexandra Jiménez, Karlos López Rentería, Nilton Minaya y Javier Quiroz
Elenco: Aurora Colina, Natalio Diaz, Alexandra Jiménez, Nilton Minaya y Javier Quiroz
Asistencia: Jhuliana Acuña
Concepto y diseño gráfico: Yuriko Tanaka
Realización escénica: Jhuliana Acuña y Karlos López Rentería
Funciones: Jueves y viernes de febrero a las 9pm
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802 – A, Barranco)
La entrada es liberada y la salida solidaria.
Informes y reservas espaciolibreteatro@gmail.com o al 247-6346

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