CTSM conversa con el elenco de "Nunca llueve en Lima"

El Teatro Británico presenta en temporada Nunca llueve en Lima”, una puesta costumbrista e inusual. La reciente pieza escrita por Gonzalo Rodríguez Risco aborda, con una premisa que desafía a la naturaleza,las contradicciones que construyen nuestra cotidianeidad.
Nunca llueve en Lima 
Una vieja casona –el vestigio de épocas mejores– es la única esperanza para una familia de buen apellido. Ahogados por nostalgias y deudas, los Sileri pugnan por vender o no el predio mientras una familia la recorre en afán de compra. Afuera, la nublada Lima ha empezado a llover. Parece un diluvio...
Poco antes del estreno,Crítica Teatral Sanmarquina conversó con Carlos Tuccio, Patricia Barreto y Magali Bolívar, integrantes del elenco. Aquí compartimos las breves entrevistas y, posteriormente, publicaremos la reseña crítica sobre este montaje dirigido por Alberto Ísola. La puesta va de jueves a lunes a las 8pm hasta el 27 de junio.

“El desafío del actor es hacer algo contrapuesto a uno”
CARLOS TUCCIO
Rafael Sileri

Lo vimos enérgico en escena, ¿qué magnitud tiene su personaje?
Mi personaje (el abuelo Rafael Sileri) afronta un problema: muchas veces los padres no sabemos cómo desempeñarnos. En la obra soy padre de un hijo maniático (Lucho Cáceres), pero trato de fortalecerlo para que abandone esa timidez que lo abruma. Dentro de la obra vivimos un conflicto entre tres generaciones.
Lucho Cáceres y Carlos Tuccio

La venta de la casa revela las grietas familiares…
Soy el antecesor descuidado. No fui un buen padre porque no acabé la instrucción. Cuando muere mi padre, heredé una fortuna que no supe administrar: me fui de viaje y la dilapidé. Eso dejó una frustración en mi hijo y a mi nieta (Patricia Barreto) sin la oportunidad de crecer en el entorno favorable en el que yo lo hice.

¿Existe una similitud con su personaje?
Felizmente no. El teatro es representación, aunque, a veces, el público lo olvida y atribuye virtudes y defectos del personaje a los actores. Ahora que lo pienso, en la mayoría de los roles que me han tocado, casi nunca fueron parecidos a mí. Me gustaría encontrar uno que sí. Ese es el desafío del actor: hacer algo que, muchas veces, es contrapuesto a uno.

¿Fue un reto relacionarse con este personaje?
Hubo varios. Una, incluso, con el director (Alberto Ísola). En una escena del primer acto el libreto marcaba un encuentro físico (un empujón) con mi hijo. No quiero hacer eso, pensé. Un padre no le puede hacer esto a un hijo, pero estaba marcado y así se hizo.

“Una obra de teatro es como el país ideal”
PATRICIA BARRETO
Daniela Sileri

Luego de “Piaf” y “Ay amor”, continúas tu búsqueda…
Me apasiona mucho actuar. No me siento en mi zona de confort, al contrario, siento adrenalina cada vez que tengo un texto nuevo en mis manos. Hay algunos que implican un gran reto. Ahora estoy haciendo “gestión de personajes” que involucren un desafío o un proceso creativo distinto ahora que estoy más grande.

¿Cómo construyes un personaje?
Siempre procuro que un personaje me plantee algún tipo de riesgo. Es decir, trato de no repetirme en cuestiones físicas o estéticas. “Daniela” se parece mucho a mí (por la edad o el físico) y hace que surja en mí personalidades distintas y reacciones ajenas. Es una construcción que no pienso mucho, sino que fluye.
Patricia Barreto, Carlos Tuccio
y Haydeé Cáceres
¿Cómo es “Daniela”?
Es un personaje contemporáneo y cotidiano. Es una chica tan actual que puede estar en todas partes. Ella afronta un conflicto en tres generaciones: la mía con la de mi papá (Lucho Cáceres) y la de él con mi abuelo (Carlos Tuccio). En medio, una casa que se cae a pedazos.
Esa la metáfora de un país apegado a su pasado o a su memoria, si lo ves desde un punto de vista más social. Mi abuelo no quiere venderla porque ahí viven sus recuerdos, pero es mi personaje quien mantiene económicamente a la casa y emocionalmente a la familia.

Una enorme presión para un rol tan joven…
Daniela tiene urgencia por cambiar esta situación, mientras que la generación intermedia, la de mi papá, no sabe qué hacer y la de mi abuelo no da su brazo a torcer. "Nunca llueve en Lima" es un referente de qué es lo que te pertenece en esta vida: tus recuerdos. El tiempo pasa y hasta esas cosas se deterioran.

¿Cómo ha sido trabajar con Alberto Ísola?
Es como una bendición. Ya había trabajado antes en una obra (“El continente negro”) y es mi maestro de teatro. Que me dirija ahora es como si me enseñara todos los días de forma profesional. Además, el trabajo con este elenco es como hacer familia en el teatro.
Lo digo porque conocí un poco más a mis compañeros. El proceso fue muy concreto –no implicaba hacer una biografía del personaje– y tomó dos meses y medio. El público que asista podrá verse reflejado en una casa en la que todo está pasando. Se irán con varias preguntas. Para eso sirve el teatro.

¿Cómo te sentiste en este elenco de tres generaciones?
Admiro mucho a mis compañeros actores. Más a los maestros que han hecho posible que los más jóvenes ahora podamos hacer teatro. Haydeé Cáceres y Carlos Tuccio hacen teatro no solo actuando sino que, con su experiencia, aconsejan y escuchan las nuevas propuestas.
Es como una metáfora de lo que debería ser un país. Todo confluye a que todos realicemos una labor en comunión y en armonía para un solo fin: una obra de teatro. Es como el país ideal.

“La obra ha fluido desde la primera lectura y ha ido engranando todo
MAGALI BOLÍVAR
Gladys Costa

Háblanos sobre tu personaje…
Mi personaje es Gladys. Una mujer directa y clara, emparejada con Juan Carlos (Pold Gastello). Él quiere comprar la casa y yo lo acompaño. Somos diferentes: él es un tipo bonachón y yo, totalmente seca. Voy a lo que voy y no me comprometo, en cambio, él sí, es más emocional.

¿Cómo fue el proceso de montaje?
Es una linda obra y el trabajo ha sido delicioso y placentero. Ha fluido desde el día de la primera lectura y ha ido engranando todo. Fue un privilegio montar una obra peruana contemporánea, estrenarla y con el aporte de Gonzalo, el dramaturgo, en los ensayos. Hemos conversado con él, nos ha escuchado y eso ha enriquecido el proceso.

Tres generaciones se reúnen en esta obra…
Somos actores de tres generaciones y los enfrentamientos que ocurren en esta obra tienen que ver con estas generaciones. La generación del abuelo (Rafael Sileri) está aferrada a lo que fue y no quiere soltar sus recuerdos. La generación del medio es un poco el sándwich entre la crisis, el no poder responder o no querer tomar una decisión.
Magali Bolívar, Emanuel Soriano,
y Pold Gastello
Los tiempos ya no son los que vivieron sus padres, son mucho más duros y están los jóvenes a quienes no les importa mucho el pasado. Ellos quieren vivir su vida, quieren abrirse y hacer su propio camino, no tener que estar encadenados a algo establecido por la familia.
Para mí es rico trabajar así porque puedes conocer y aprender de la experiencia de los más grandes. Y también chupar toda la frescura de los actores jóvenes que tienen un panorama muy favorable, más del que teníamos nosotros en la época en que iniciamos.

En la dirección, ¿cómo es la libertad de Alberto Ísola?
Alberto deja mucha libertad al actor pero de una manera idónea. Él consigue sacar lo mejor de nosotros, hace que sus personajes sean únicos porque potencia los detalles. Él sabe lo que quiere en escena perfectamente y basta que te diga una palabra para ayudarte con un personaje o una escena. Es un maestro.

Entrevista: EDER GUARDA / LUISA RAL
Crítica Teatral Sanmarquina

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