"En la RICE los artistas juegan con total libertad"

Entrevista a PEPA DUARTE
Casa Recurso de Barranco

Entre los jirones Cajamarca y San Antonio, en Barranco, una casona tejida de retazos coloridos y musicales resiste bajo el cielo gris. La llaman Casa Recurso y alguna vez fue imaginada como apacible morada familiar. Un destino lúdico y azaroso la convirtió en refugio de osados espíritus creativos: los teatristas.
Pepa Duarte
Tan fugaces como intensas, sus creaciones dejaron una marca o algún eco en sus inmaculados pasadizos y paredes níveas. Ahí “Vaivén” domó las alturas y se apagó el último verso de “Tu voz persiste”. Desde este solar a medio construir es posible que los sueños propios y ajenos alcancen nuevas formas, más gratas, ingeniosas y familiares.
Pepa Duarte, gestora cultural de la Casa Recurso, convive en este predio con el ímpetu creativo que suele habitarlo en temporada. Lo sabe desde que abrió hace tres o años. 
Por eso cuando apertura la Residencia de Investigación y Creación Escénica (RICE), un esfuerzo que late fuerte en el corazón del distrito, la casa renueva su espíritu con propuestas tan frescas y originales como los alegres trazos de su fachada.

¿Cómo nace la RICE?
Pertenezco a Imaginario Colectivo, un grupo de artistas con los que hemos realizado proyectos culturales de todo tipo. Viendo la movida del teatro en Lima en 2015 nos dimos cuenta de que no existía un espacio para que los directores crearan una muestra escénica que de alguna manera impliquen una investigación o un riesgo.
Con una movida pequeña, que no apuesta por la creación de públicos y básicamente teatro naturalista en espacios convencionales, surgió en este espacio, nada convencional, sin butacas, ni parrilla de luces, una chance de creación. Se me ocurrió la necesidad de gestionar un espacio para que los directores se arriesguen a trabajar de manera libre con una investigación escénica como premisa de trabajo.
Había un plus: los creadores deberían centrarse en el proceso. Es decir, probar cosas distintas, no tener miedo o pensar en tener que llenar un teatro de 300 personas durante seis meses de temporada. Podrían hacer aquí algo que les guste sin que tuvieran fines comerciales que es la pulsión de estos tiempos.

La idea del residentado escénico es nueva aquí…
No hay residencias escénicas en Lima aunque sí para artes plásticas. En otras ciudades como Buenos Aires, donde estuve un tiempo, conviven el circuito clásico de obras naturalistas (desde Tennessee Williams hasta Antón Chejov) con una variedad de espacios alternativos en donde se hacían cosas muy distintas.
Veía teatro bajo varias líneas de investigación. Entonces se nos ocurrió la idea de impulsar un espacio que pretenda ser ese lugar concreto (una residencia) en el que un artista escénico permaneciera un tiempo determinado para crear algo. De ahí provino el nombre de Residencia de Investigación y Creación Escénica (RICE).

¿Cómo resultó la primera edición de la RICE?
La primera RICE fue planteada como un juego. Convocamos a tres directores jóvenes que dentro de la movida teatral impulsaban sus propias creaciones desde hace algún tiempo. Invitamos a Andrea Sarango, Diego Gargurevich y Alejandro Larco. Estos tres directores tenían una formación distinta y aportaron una investigación distinta.
Cada uno llegó aquí y se dedicó a trabajar por una determinada cantidad de horas. Les indicamos una pauta. En esa ocasión les entregamos una caja con una determinada cantidad de objetos al azar. Ellos escogieron alguno de ellos y con el espacio como motor creativo se lanzaron a crear una propuesta.
Durante el mes de trabajo recibieron una asesoría –se invitó a Claudia Tangoa– para supervisar el trabajo sobre la premisa de la investigación que habían elegido. Luego del proceso convocamos a otros observadores y asesores para que hicieran comentarios sobre lo visto antes de su puesta en escena.

¿Cuál es la filosofía de la RICE?
Vemos a la RICE como una comunidad. Un lugar de intercambio de ideas entre artistas, un espacio de riesgo, comentarios y críticas con fines creativos entre directores y espectadores. Para nosotros es importante canalizar esa efervescencia de que la gente esté probando ideas y propuestas.
La idea es que después de un mes ellos muestren su creación en dos funciones a manera de Work In Progress. Por eso les ofrecemos este espacio autogestionario de forma casi gratuita. En una primera edición contamos con el apoyo de la Universidad Católica que permitió costear los gastos de cada propuesta.
En esta edición 2016 uno de los objetivos es compilar los registros de cada propuesta explicado de manera audiovisual con el rebote mediático alcanzado. Con este atractivo material se buscará el apoyo de la empresa pública y privada para que la siguiente edición tenga un fondo sostenible y sin pérdidas.

¿Qué nos puedes comentar de la RICE 2016?
A inicios de año tuvimos una residencia con Panorama Sur, movimiento de dramaturgia en América latina liderada por el argentino Alejandro Tantanián. Con ellos hicimos una segunda experiencia llamada RICE visitante. Vino el colombiano Steven Buendía cuyo montaje recibió la curaduría de Mariana de Althaus.
Ya para la RICE 2016 invitamos a Rodrigo Chávez, Paloma Carpio, Alfonso Santistevan. Ellos fueron seleccionados por sus formaciones, edades y experiencias distintas. La única premisa fue que en algún momento del hecho escénico incluyeran algún tipo de interacción con el público, la que ellos quisieran o desearan.
Los tres abordaron esa indicación de forma creativa. Algo que apostamos desde la RICE es que no se generen demasiados gastos por lo que les decimos a los creadores que pueden utilicen la mayor cantidad de elementos existentes en la Casa Recurso como luces, objetos y vestuarios y las redefinan.

¿Cómo trabajan la creación de públicos desde la RICE?
Esta es una batalla gigante. Desde la RICE pretendemos un análisis más académico que formativo a raíz de la investigación escénica que inspira las propuestas. No está en nosotros, quizá, la idea de crear nuevos nichos de espectadores, pero sí movilizar a la reflexión a la audiencia ya existente.
Al igual que en la primera versión también se organizaron conversatorios. La primera sesión tuvo a Lorena Peña, investigadora en performance; la segunda a Fernando Castro, director de la Compañía de Teatro Físico, y en la última ronda se invitó a Rodrigo Benza, investigador de teatro e interculturalidad.

¿Cómo encaja la RICE en lo que algunos llaman un “boom” creativo?
No creo en ese “boom” teatral. Lo que sucede es que, poco a poco, hay más escuelas y universidades de formación escénica a raíz de que existen más actores en este pequeño “mundo” limeño. Muchos de estos actores generan sus propias obras y luego buscan lugares alternativos para representarlos.
Por otro lado, la oferta ha crecido. En Microteatro se puede postular con obras de formato pequeño, Sala de Parto es un esfuerzo enorme de La Plaza así como los demás concursos de dramaturgia. Lejos de ese circuito están los festivales descentralizados como FITECA en Comas que lleva 15 años.
En la RICE los artistas juegan con total libertad. Solo les sugerimos que los proyectos nazcan de una investigación escénica (con hipótesis) y se sujeten a las limitaciones y oportunidades de la Casa Recurso, una “caja blanca”. Es todo un desafío que, a modo de juego, empujar a que los directores creen en un mes de trabajo.

Tras estas experiencias, ¿qué retos has encontrado?
Más allá de los presupuestos, hemos aprendido a medir cuánto necesitan los residentes de los gestores. En el teatro todo es una relación humana y es vital saber cuándo necesitan de nuestra presencia física en sus ensayos o en qué momento necesitan una asesoría. Sin duda otra dificultad es encontrar directores con cierta experiencia, que estén en la movida y que dispongan de tiempo.
Como el residentado dura un mes fue más asequible para ellos. Sin embargo, cuando intentamos hacer una reevaluación de los proyectos de 2015, todos estaban ya con otros trabajos. Esta vez la RICE 2016 se cerrará el sábado 23 de julio con un reunión final con todos los residentes. Me interesa conocer la experiencia de los directores y actores, sus percepciones de cómo los ayudamos, cómo los recibimos, etc.
El reto más exigente es la difusión. La necesidad de convocar a directores cercanos o con un nombre en el circuito fue para darle mayor solidez al residentado. De ese modo se ha movido también al público. Superados estos alcances, haremos una convocatoria abierta más adelante bajo una perspectiva que no pierda su mirada solidaria.

¿Qué puede ofrecer la RICE en el futuro?
Nos gustó que proyectos de la RICE 2015 saltaran a otros espacios como sucedió con “Vaivén” de Diego Gargurevich y su temporada en el Centro Cultural Ricardo Palma. Poco a poco, la RICE se consolida como una red de artistas de muchas disciplinas (de música a artes visuales) congregados en un espacio de intercambio.
Si hablamos de futuro se podría realizar, por ejemplo, una residentado audiovisual, cambiando algunas reglas del formato para grabar lo que se les ocurra siempre con la casa como motor creativo. O invitar a directores musicales para que jueguen con las limitaciones de volumen o voltaje del lugar.
De momento, ya hemos conversado con algunos directores para el próximo año y esperamos elaborar un dossier audiovisual de los proyectos realizados. Será un producto audiovisual de seis minutos a modo de micro documental con entrevistas a los creadores y actores para promocionar los proyectos de la Casa Recurso.

Programación
"Ilusa" de Alfonso Santistevan
Funciones: Viernes 22 y sábado 23 a las 8pm
Conversatorio: Alfonso Santistevan y Rodrigo Benza
Sábado 23 luego de la función

Entrevista: EDER GUARDA / Fotografías: KITTY BEJARANO
Crítica Teatral Sanmarquina

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