EL ÚLTIMO SUEÑO DE DA VINCI

Sobre: “LEONARDO Y LA MÁQUINA DE VOLAR

¿Quién no soñó alguna vez con algo grande? Algo tan colosal, quizá, que haya sentido desvanecer apenas intentara ponerlo en práctica. Y eso es lo que sucede con los sueños: aquellos que más nos cuestan alcanzar son, a la vez, aquellos por los que más vale la pena arriesgarse. En especial, para seres de una vida tan efímera como nosotros.
Francesco Melzi (Valentín Prado)
y Da Vinci (Mario Velásquez)
Leonardo y la máquina de volar” es una obra que inspira en una sociedad que luce “hiperconectada” a todo tipo de artefactos del que parece difícil despegarse. En este lugar lleno de distraídos y ensimismados resulta fácil olvidar esa llama interna que mueve al mundo: la pasión; y, claro, perder de vista a las personas que nos rodean.
Desde esa perspectiva, la pieza nos recuerda que la esencia de la naturaleza humana es superar sus propios límites, mensaje que llega a través de una metáfora perfecta: si lo puedes soñar, lo puedes realizar. Esta no es la única razón para apreciar “Leonardo y la máquina de volar”. Uno de los principales puntos es la dramaturgia del mexicano Humberto Robles. Si bien está ambientada a finales de la época renacentista (entre 1452–1519, últimos años de vida del genio Da Vinci), la temática no deja de estar más vigente que nunca: los intentos, los fracasos, los sueños... y cómo estos pueden trascender más allá de nosotros mismos. Al fin y al cabo, la máquina de volar no solo fue el último sueño de Da Vinci,  sino que dio alas inicio a otro anhelo para toda la Humanidad: conquistar los cielos. Esta representación dramática nos muestra al polifacético visionario, no solo como un incansable inventor –pionero de la aviación, incluso–, sino también como el artista soñador y humanista. Roberto Martínez Llanos supo hilar fino desde la dirección, apoyado, además, de excelentes interpretaciones.
"Leonardo y la máquina volar" producción
de Círculo de Fuego
Encarnando a Da Vinci, Mario Velásquez proyectó ese perfecto equilibrio entre la sabiduría, intrepidez y benevolencia que atribuimos a uno de los seres humanos más geniales de la historia. Valentín Prado, por su parte, logra un personaje complejo y divertido al dotar de candidez y espíritu aventurero al joven aprendiz Francesco Melzi.
Juntos brillan en una puesta que fluctúa ligera entre anécdotas sobre las creaciones de Leonardo y la ejecución de su último proyecto. La obra cierra con un final que nos deja con un suspiro y un pensamiento que nos persigue más allá de las butacas: hasta nuestra experiencia de vida. La dirección de arte tiene un gran acierto también al mezclar utilería clásica con elementos audiovisuales modernos de forma convincente. Estos recursos ayudan a resaltar momentos importantes de la obra y destacan algunas de las grandes genialidades pictóricas del artista. Leonardo y la máquina de volar”, excelente producción de Círculo de Fuego, con el apoyo del Instituto Italiano de Cultura (IIC), es un buen motivo para descubrir que nuestros sueños son una fuente inagotable de creatividad y pasión, los motores que impulsan la vida. ¡Inspírate y sueña con la máquina de volar de Leonardo!
 
FICHA DE LA OBRA
Leonardo y la máquina de volar” de Humberto Robles
Dirección: Roberto Martínez Llanos
Elenco: Mario Velásquez y Valentín Prado
Jefa de arte: Magaly Palomino
Diseño de vestuario: Florencia Rivas / Realización de vestuario: Lea Lazarte
Diseño de iluminación: Hugo La Rosa / Audiovisuales: Derek La Chira
Créditos de fotografías: Lima Social Brand 
Temporada: Del 16 de noviembre al 16 de diciembre de 2018
Funciones: Viernes, sábados y lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
Lugar: Museo de Arte de Lima (Paseo Colón 125, Parque de la Exposición)
Entradas: S/ 40 (General) y S/ 20 (Estudiantes, jubilados, miembros del Programa Amigos del MALI (PAM)). Lunes populares: S/ 20.
Producción general: Círculo de Fuego 

JIMENA CUCHO MISAICO
Crítica Teatral Sanmarquina

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