La alondra
Símbolo de una mujer eterna de libertad
Temporada: Del 09 de noviembre al 04 de diciembre de 2017
Lugar: Patronato del Centro de la Amistad Peruano China (Av. de la Peruanidad, frente al Campo de Marte, Jesús María)
Una producción de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático
El reciente estreno de “La alondra”, pieza
notable del francés Jean Anouilh (1910–1987), es un recorrido por la
trayectoria de grandes actrices y actores formados en la Escuela Nacional Superior
de Arte Dramático (ENSAD) y que tuvieron su primer encuentro con las tablas en sus
años de estudiante y ahora son maestros para las nuevas promociones de esta institución.
De la dramaturgia a la adaptación, la puesta
es indudablemente impecable siendo comprensible para todo tipo de espectador, algo
propio de los clásicos. “La alondra” es un trabajo que reúne –en su elenco numeroso– a una generación de (primeros) actores como Hernán
Romero, Reynaldo Arenas, Gustavo Mac Lennan, Ricardo Combi, Lucho Ramírez y
Rafael Hernández y a nuevos valores de la escuela. El montaje, comentan los propios
estudiantes, involucró meses de preparación en esgrima y canto; lo cual puede
notarse en la labor actoral; en la
fuerza, valor y coordinación, lo que demuestra la disciplina con la que
se ha realizado este espectáculo y que nos brinda la sensación de estar en una
época donde la libertad era el aliento de una nación, y que podría ser la
nuestra. El estandarte –la fe que necesitaba el
ejército– fue inspirado por la doncella de Orleans. Nuestra “Alondra” es la joven
y versátil actriz Ethel Requejo, cuya interpretación nos sumerge en la
evolución de la Santa Juana de Arco (1412–1431). Por designio divina o no, ella
descubre su propósito como mujer, en libertad, con un toque de dulzura
interminable in crescendo que nos deja
ver su verdadera determinación en valor y fuerza.
Su esencia nos devela que, para una
mujer de su época, el resignarse a una imposición social del patriarcado, no es
su destino. Que es preferible ser “una hereje”, palabra cuyo significado real (persona que piensa de forma libre) fue satanizado
y ocultado. Nuestra genial actriz nos llevó a ese estado con una técnica
naturalista y una presencia escénica impactante.
Con un manejo del dramatismo requerido y
demostrando una profunda investigación de su personaje, Requejo nos involucra
en la historia de la mártir francesa como un paradigma para toda mujer que
busca su liberación y la libertad de su congéneres.
Jorge Sarmiento dirige esta obra imprimiendo
un toque fantástico, humano y soñador. Apoyándose en recursos del teatro
contemporáneo (proyecciones multimedia, musicalización de época y un vestuario hermoso
y minucioso, que nos revela el nivel de la producción), la obra adquiere un
valor emocional y artístico para sus actrices y actores.
La crítica a una obra de teatro puede
basarse en estados emocionales sin dejar de lado el nivel de técnico y estético,
pero siempre pensando en lo requiere nuestro público, el cual se alimenta,
aprende y pueda, quizá, al sueño de Bertolt Brecht (1898–1956), pueda cambiar
un comportamiento.
Mi vivencia al ser parte de esta puesta
fue totalmente lúcida. En un momento en el que este sistema netamente
patriarcal reprime y nos haga des-pensar, “La Alondra”: Juan de Arco y su
epopeya de fe, fue un remanso e irradia la fuerza necesaria en un mes en el que
recordamos la violencia que sufre el género.
FICHA
DE LA OBRA
“La alondra” de Jean Anouilh
Dirección: Jorge Sarmiento
Elenco: Hernán Romero, Reynaldo Arenas,
Gustavo Mac Lennan, Ricardo Combi, Lucho Ramírez, Rafael Hernández, Maura
Serpa, Arturo Villacorta, Lucía Lora, Emilio Montero, Ethel Requejo, Raúl
Durand, Jacqui Chuquillanqui, Eric Otero, Jorge Cárdenas, Flavio Giribaldi,
Tania López, Juan Gerardo Delgado, Rafael Mena y Josué Cohello
Funciones: De jueves a lunes a las 8pmTemporada: Del 09 de noviembre al 04 de diciembre de 2017
Lugar: Patronato del Centro de la Amistad Peruano China (Av. de la Peruanidad, frente al Campo de Marte, Jesús María)
Una producción de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático
MIRSHA
CELI
Crítica Teatral Sanmarquina
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