El alma buena de Szecuhán
Este año los
alumnos del 8vo ciclo de la especialidad teatro de la facultad de artes
escénicas de la PUCP, bajo la dirección de Urpi Gibbons, profesora del curso de
actuación 8 de la especialidad teatro de la misma institución, ponen en escena
“El alma buena de Szechúan”, una obra escrita por el famoso dramaturgo alemán
Bertolt Brecht entre los años 1938 y 1943.
El alma
buena de Szecuhán es una obra que los relata la historia de tres dioses que
bajan a la tierra para comprobar si todavía quedaban almas buenas en el mundo.
En uno de sus viajes llegan a la ciudad china de Szechuán, pero nadie quiere
recibirlos. Sin embargo, Shen-té, una joven prostituta, decide acogerlos a
pesar de sus carencias y dificultades. Por este gesto tan noble, los dioses la recompensan
con una generosa cantidad de dinero y le piden algo muy especial: seguir
haciendo el bien. Entonces, Shen-té, muy
decidida y entusiasmada, coloca un negocio y a su vez determina que su
propósito en la vida será hacer el bien. Pero sobrellevar estas dos cosas será
imposible: si desea seguir haciendo el bien, tendrá que ser la buena y
considerada Shen-té y si desea que su negocio prospere, tendrá que
transformarse en el astuto y cruel Shi-tá. Esta situación desencadenará muchos
conflictos inesperados.
Esta es una
obra que nos muestra la dualidad de la naturaleza humana, la lucha entre el
bien y el mal que se desata en nosotros mismos al momento de tomar ciertas
decisiones y sobre la imposibilidad de ser honesto en un mundo donde se pone a
prueba nuestro instinto de supervivencia para subsistir y donde tenemos que
usar artimañas si queremos defender lo que cada uno posee. “El alma buena de
Szecuhán” también critica duramente al sistema tan inhumano al cual nos vemos
sometidos durante toda nuestra vida, un sistema que nos hace egoístas y nos
obliga a no tener compasión con el resto de las personas.
La puesta
dirigida por Gibbons es buena: sabe mantener expectativas durante la obra a
pesar de ser muy larga. Con sus altos y bajos, los espectadores están atentos a
lo que puede suceder a continuación sin perder los detalles. La obra tiene
partes muy interesantes donde intenta destacar un poco de nuestra cultura local
(como en la escena de la boda) y en algunas ocasiones propone coreografías que
expresan muy bien determinadas situaciones (como lo es la escena de la
fábrica). Otro punto a destacar es la actuación del personaje de Shen-té, si
bien a la parte “buena” del personaje le faltaba un poco más de determinación,
la parte “mala” se impuso notablemente. La idea de hacer “El alma buena…”
situado un contexto actual, tomando como referencia los barrios pobres de la
ciudad y colocando bastantes elementos de la cultura urbana es buena ya que con
eso significaría que a pesar de haber sido escrita hace más de medio siglo, la
problemática de la obra aún es un tema totalmente vigente y que
lamentablemente, es una realidad que no ha cambiado en casi nada. Por otro
lado, la obra tiene un personaje muy curioso que es el aguatero y que es el que
en varias partes lleva de la mano al espectador a seguir con la obra. Es un
personaje que destaca muchísimo en la puesta.
A pesar de
ser un drama, es una obra muy amena porque sabe equilibrar lo divertido con lo
tedioso así como lo filosófico con lo real y las partes más duras con las
partes más alegres.
Su final es
abierto y se debe a que la directora tuvo la intención de seguir el mismo
objetivo que su autor buscaba que es hacer que la gente piense y cambie su
punto de vista y como ella también dice: Extrañarse, mirar y volver a mirar.
BERTHA AVILA
Crítica Teatral Sanmarquina
FICHA TÉCNICA
Autor: Bertolt Brecht
Dirección: Urpi Gibbons
Asistente de dirección: Julia Thays
Elenco: Alumnos del último ciclo de la
Especialidad de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas de la PUCP
Producción General: Teatro de
la Universidad Católica
Temporada: De jueves a lunes a las 8 p.m.
de viernes 13 de febrero al lunes 2 de marzo de 2015
Lugar: Teatro del Centro Cultural PUCP
(Av. Camino Real 1075, San Isidro)
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