Jugando en el sótano
Cada vez que voy al teatro, una de las principales cosas que rescato es
la elección del montaje. Y no es que suela hacer distinción entre ir a ver algo
que sepa de qué habla y algo que no, es solo que siempre me surge la
interrogante: ¿por qué han elegido poner en escena este texto? Me ha pasado que
he ido a funciones sin saber más que el título y me han sorprendido, en el
mayor de los casos, para bien.
Considero que entre la cartelera teatral limeña, a veces se nos pasan
estrenos o temporadas completas de obras sin mucha publicidad o promoción –quizá:
de sótano- que son, sin duda, necesarias para ver, aprender y comentar. Y,
aunque se me hayan pasado varias también, cuando hay que hablar de lo que
merece reconocimiento, nunca es tarde. Entre ellas, quiero rescatar por la iniciativa
del proyecto, el merecimiento de los involucrados y la independencia selectiva
a Juguetes, de Sebastián Salazar
Bondy.
Asimismo, antes de continuar, debo reconocer que
debí redactar una reseña sobre la obra mucho antes y, por ello, mil disculpas;
pero a modo de reivindicación, no pretendo hablar en este post sobre la trama específica
o sobre las sinopsis explícitamente (que pueden encontrarlas en los blogs: https://elteatrosabe.wordpress.com/2014/10/31/cuatro-juguetes-en-escena/
y https://elteatrodemivida.wordpress.com/tag/juguetes/),
sino hablar del importante trabajo que hacen al decidir montar estas cuatro piezas:
El de la valija, El beso del caimán, Un cierto tic-tac y En el cielo no hay petróleo.
En los últimos meses, cuando se habla más de la
dramaturgia peruana (o limeña) –puesta en escena o no-, y su valoración como
arte o testimonio, nos enfocamos en lo que se gesta, en las apariciones de “nuevos
valores”, en los festivales o concursos que cooperan con las iniciativas de la
nueva dramaturgia, que, considero, para nada está mal y, espero, que se sigan germinando
obras, sobre todo del valor que la literatura peruana merece y que la realidad social demanda. Sin
embargo, dentro de esta nueva generación,
¿conocemos más allá de la dramaturgia peruana que se escribió antes de los 90 u
80?, ¿sigue siendo necesario leer y montar el teatro de César Vallejo, Ramón Ribeyro
o Salazar Bondy?
Juguetes se
estrenó por primera vez –cada texto por separado- durante la década de 1950 en
Lima. Este año estuvo en el Teatro Auditorio de Miraflores, del 10 de octubre
al 2 de noviembre, en homenaje a los 50 años de la partida de Salazar Bondy,
por la agrupación teatral Tercera Llamada (http://tercerallamadaperu.blogspot.com/).
Y, aunque el contexto de la obra tienda a la comedia, se vislumbra rasgos de
crítica aguda a nuestra sociedad y hacia los prejuicios que aún ocupamos.
El comprometido elenco conformado por Ricardo Morante, Paola Vera,
Eileen Céspedes, Roberto Huamán, María Carbajal, Christian Pacora, Alejandra
Reyes, Víctor Barco, Sergio Velarde, Claudia Mendoza y Gerson Borja, bajo la
dirección de Gustavo Seclen; representa personajes devenidos instituciones, que
nos dejan penetrar en la ironía crítica de Salazar Bondy, y entre risas o
sonrisas cómplices logra que nos reconozcamos con defectos e intenciones en un
entorno todavía vigente. Gracias por recordarnos y mantener vivo ese espíritu
teatral.
CHRISTIAN SALDÍVAR
Comentarios
Publicar un comentario