ALMA VALIENTE

Sobre: “LA PEQUEÑA NIÑA”

¿Qué es el miedo? Decía el filósofo existencialista Jean Paul Sartre (1905–1980) que el hombre “tiene miedo de algo, aún tratándose de una de esas angustias imprecisas que suelen experimentarse en la oscuridad en un pasadizo siniestro”. Esta emoción es compartida por humanos y animales, con la diferencia de que estos últimos no poseen la capacidad de anticipar sus consecuencias ni interpretar sus riesgos.

"La pequeña niña" de Vanessa Vizcarra

Y, según su magnitud, el miedo es responsable de reacciones sintomáticas o endocrinas como el incremento o disminución del pulso cardiaco, respiración lenta o rápida, contracción o dilatación de vasos sanguíneos, y reacción de lucha o huida. Sea filosófica o biológica, la dramaturga Vanessa Vizcarra explora esta emoción con un montaje inspirado en el cuento “La pequeña niña” de Luigi Valdizán e ilustrada por Beatriz Chung (Polifonía, 2017). La puesta rompe los estereotipos de que las niñas sean miedosas, débiles o frágiles. Acompañada de cantos, danzas, performances, juegos y acciones sobre una pantalla gigante al fondo del escenario que dio un toque realista –movimientos sísmicos, alguna pista que cruzar con cuidado o unos edificios muy altos– se narraron historias múltiples sobre diferentes temores.

Luigi Valdizán, Macla Yamada, Camila Vera
y Daniela Baertl

En el escenario vemos a Alma (Daniela Baertl), Soledad (Camila Vera), Victoria (Macla Yamada) y Jerónimo (Luigi Valdizán). Todos ellos tienen o han tenido algún miedo (a la inmovilidad, las alturas o a saltar la soga) que lograron superar gracias a una niña imaginaria –una muñeca movible–, un personaje vital en la historia. La obra toca también temas como la unión o la amistad y que “todo se puede arreglar tranquilamente si estamos juntos”. “La pequeña niña” muestra un escenario lúdico, con telas acrobáticas y un buen manejo de varios recursos para añadir ritmo a las escenas: los cascabeles en el zapato de Jerónimo, por ejemplo, fueron geniales. También hubo cuerdas de colores que armonizaban entre ellas y cantos que encantaron a la audiencia infantil y adulto.

Una aventura interactiva

El vestuario de colores lisos presenta shorts de tirantes para las actrices y pantalón y guayabera para el único actor. La utilería frecuente exhibió sogas coloridas en llamativas acrobacias que, por momentos, fallaba en coordinación. Pero lo que resulta más llamativo es la intrigante desaparición de la pequeña niña. Siguiendo la línea narrativa: ¿adónde se fue? ¿Acaso el objetivo de este personaje fue solo aparecer, resolver los miedos de las niñas para luego irse? Algo que no queda muy claro en el planteamiento del montaje. Aún en temporada, la propuesta dirigida por Vizcarra es una obra que disfrutar en familia. Más allá de vencer los miedos, “La pequeña niña” nos enseña a aceptar los retos de la vida, tomar riesgos y salir airoso de estos lances para, con el aprendizaje y la experiencia, ayudar a quienes lo necesitan.

FICHA DE LA OBRA

“La pequeña niña” de Vanessa Vizcarra

Dirección: Vanessa Vizcarra

Elenco: Daniela Baertl, Camila Vera, Macla Yamada y Luigi Valdizán

Lugar: Centro Cultural de la Universidad del Pacífico (Jr. Sánchez Cerro 2121, Jesús María)

Funciones: Sábados y domingos a las 4 pm

Temporada: Del 15 de setiembre al 02 de diciembre

Informes: La pequeña niña 

LUISA RAL

Crítica Teatral Sanmarquina