¿ENCONTRAREMOS A CHIQUI?
Sobre: “ESPERANZA”
“Esperanza” (2023) habla de una familia forzada a aferrarse, en 1983, a una suerte de posibilidad que podría cambiarles la vida. Sin embargo, sus integrantes son testigos de cómo se agudiza la crisis que les rodea mientras la posibilidad anhelada se hace cada vez más remota. La opresión, autoritaria e impune, es un tema central en esta pieza coescrita por Marisol Palacios y Aldo Miyashiro.
Julia Thays y Lucho Cáceres en "Esperanza" |
Tan presente, tan dolorosamente familiar y común, el autoritarismo que podríamos encontrar en abuelos, tíos o en nosotros
mismos se encarna en una versión que linda con lo grotesco del padre “macho peruano que se respeta” (Lucho Cáceres).
Este arquetipo, cuya única función es mandar y prohibir, quien es dueño de la verdad y aun de la llave de la libertad (o una falaz promesa de liberación) de “los suyos” convive con los arquetipos de la madre que todo lo aguanta (Julia Thays), el hijo rebelde e
incomprendido (Diego Pérez) y la hija que lo puede todo para evitar mayores
conflictos (Brigitte Jouannet). Juntos van rumbo a un callejón sin salida.
“Me voy porque quiero dejar de ser invisible”
El autoritarismo ciego se agrava con cierta megalomanía y la insensatez tan común de buscar “acomodarse” convenientemente a un poder mayor y así “ganar alguito”. Bajo esas reglas, la familia está condicionada a “hacer calladita” para sobrevivir. Una metáfora comienza a emerger. Marca Perú. Largo tiempo.
Esta obra ambientada en los años 80 ha sido coescrita por Marisol Palacios y Aldo Miyashiro |
Sin embargo, la obra parece proponer que la crisis causada por ese autoritarismo y esa insensatez –que nos pierde cada quinquenio– necesita a gritos un momento de ruptura. Solo la alianza solidaria (madre e hija) brinda argumentos a la mera rebeldía (notable momento de Pérez) para al fin denunciar aquello que ha desaparecido: la justicia y libertad.
La atmósfera de angustia creciente es bastante lograda tanto por el
guion, las solventes actuaciones y elementos de la escenografía. La convulsión e incertidumbre que acompaña el drama familiar es evocada con referentes como el sillón
desvencijado y polvoriento o un apagón y velas improvisadas para resistir a cierto presente. El recurso del video es bastante
interesante en el momento cúspide (formato mixto también utilizado
en “Burn, Baby, Burn” montada hace poco en la Alianza Francesa de Miraflores).
“Hijita,
no sabemos a qué hora va a llegar tu papá”
La analogía entre familia presa del autoritaria y un régimen político es,
quizás, demasiado sutil y prioriza las tensiones de la primera
(movilizantes los momentos finales de Julia Thays). Solo al final se revela la tragedia por la
cual Chiqui, de 5 años, –y cuya identidad sería nuestra democracia formal, como
sugirió mi acompañante– se ha perdido para siempre.
Y, sin embargo, sabida la
cruda verdad, cuando pueden ya todos sentarse a la mesa en
una cena miserable, el padre sigue allí. ¿Resignación? La obra parece dejarnos preguntas: ¿somos doblemente espectadores por nuestra inacción en un remedo de sociedad sin solidaridad que calla y avala el
autoritarismo impune? ¿Es suficiente “no irse de la casa” o es acaso trascender las trincheras individualistas la llave para superar un
orden opresivo? “¿Qué necesita usted para sentir asco?”.
Posludio
Brigitte Jouannet y Diego Pérez |
FICHA DE LA OBRA
“Esperanza” de Marisol Palacios y Aldo
Miyashiro
Dirección: Marisol Palacios
Elenco: Lucho Cáceres, Julia Thays, Diego
Pérez y Brigitte Jouannet
Temporada: Del 14 de septiembre al 20 de
noviembre
Funciones: Jueves a lunes a las 8pm / Domingos
a las 7pm
Lugar: Centro Cultural PUCP (Av. Camino
Real 1075. San Isidro)
Entradas: S/ 50 (General), S/ 25 (Usuarios BBVA),
S/ 30 (Comunidad PUCP y Adulto Mayor), S/ 25 (Estudiante y CONADIS) y S/ 15 (Estudiante
PUCP) en Joinnus y en la boletería del teatro
Redes sociales: Web / Facebook / Instagram
Producción general: Centro Cultural PUCP
TOMÁS OSORES GONZÁLEZ
Crítica Teatral Sanmarquina
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