Y HÁGASE LA CRÍTICA

Sobre: “HÁGASE LA MUJER” / ACTO 1 PRODUCCIONES

Los primeros capítulos del Génesis y, particularmente, los que abordan la creación del hombre y la mujer son los referentes de “Hágase la mujer”. El reconocido actor Carlos Victoria dirige esta comedia presentada por Acto 1 Producciones, que cuenta con las actuaciones de un talentoso equipo: Laura Aramburú, Renato Pantigozo, Kike Casterot y Andrés Solano.

El Hombre (Solano), la Mujer (Aramburú) y
Dios (Pantigozo) en "Hágase la mujer"

La propuesta inicia con un Dios (Pantigoso) emocionado por la inauguración del Paraíso luego de sus siete días de creación.
Todas las bestias se preparan para el evento, pero éste tiene que esperar debido a que el Hombre (Solano), traído por el Ángel Serpiente (Casterot), se siente triste y solo a falta de una compañera. Y Dios, quien ama incondicionalmente y por sobre todas las criaturas a su obra maestra, está dispuesto a cumplirle ese deseo.
Sin embargo, es justo en la necesidad del Hombre cuando el público percibe el tema central de la obra. Desde un inicio este personaje menciona que necesita a alguien que haga las tareas domésticas, ya que los animales no pueden barrer, limpiar o fregar los platos. Además, necesita a alguien que lo acompañe por las noches.
Esto genera confusión en la Mujer (Aramburú) quien llega al Paraíso por un “anuncio” (ironía que hace cuestionar al público sobre la omnipotencia de Dios) para ser compañera del Hombre. Los roles que Dios y el Hombre proponen para la Mujer no son de su agrado. Y ella lucha en toda la obra para que se le dé su propio lugar, ya que su objetivo es vivir en un lugar donde todos sean iguales. Sin embargo, al no encontrarlo, decide marcharse del Paraíso. El Hombre la sigue, Dios lo persigue; y así el Ángel Serpiente puede reescribir las Sagradas Escrituras a su manera.
Aunque la obra tiene inspiración en los pasajes de la Biblia, los personajes cobran personalidades únicas. El Dios de esta obra, vestido con un traje celeste, es un creador con sentido del humor, un ser estricto y exigente con el Ángel Serpiente que ama ser adorado, pero que muestra su debilidad por el Hombre: para este último es un padre consentidor. Su humanidad se muestra cuando siente temor o cuando se da cuenta de que necesita del Hombre en su paraíso.

El texto es del autor vasco
 Juan Carlos Campos (Koldo)

El Hombre, por su parte, es un humano caprichoso, adulador con su padre para sus propios beneficios, llegando al punto de comportarse como un niño. Desde un inicio, se da a entender al público de que el Hombre ya ha comido el fruto prohibido, puesto que él lleva las hojas para cubrirse. El Ángel Serpiente, a su vez, es halagador y verborreico. Su personalidad egocentrista se refleja en su traje y su capa, las cuales son las más brillantes de toda la utilería empleada en el montaje. Este personaje cuenta con un abanico de tonos en su voz que permite al espectador reír ante sus diálogos.
Por último, la Mujer, vestida con un polo rojo, shorts y tacos (muestra de un estereotipo de mujer seductora), es decidida, sarcástica e inspiradora. Ella es quien busca la reflexión al señalar a las mujeres cuando menciona frases que usualmente se les dicen: “No pienses”, “No reclames”, “Obedece”. De la Mujer nace la reflexión acerca del rol que se le asigna en la sociedad, el “puesto” que ella debe tener ante los hombres y lucha contra la idea de que ella es un objeto para complacer al Hombre. Asimismo, la obra muestra que, a pesar de que la Mujer es un personaje fuerte y valiente, se le hace creer lo contrario para ser dominado.
Estas y otras reflexiones surgen a partir de diálogos divertidos o monólogos conmovedores. La dinámica de los actores es muy divertida. Sin embargo, cabe resaltar que los momentos graciosos hacen reír, incluso, a los mismos actores. Aunque resulte curioso, esto no afecta el performance en las escenas posteriores y, en algunos casos, provocaba la risa del espectador.

El Ángel Serpiente (Casterot) 

Un acierto en “Hágase la mujer” es el uso de la tecnología: algunas escenas contaban con la ayuda de un proyector que complementaba los diálogos de los personajes con imágenes o videos. Esto contribuía al aspecto jocoso y local de la obra, ya que incluía material audiovisual que confrontaban las ideas de Dios con la política y sociedad peruana actual. De ese modo, la obra cuenta con un plus que delimita la obra en un contexto peruano, ya que esta fue originalmente escrita por el autor vasco y nacionalizado dominicano en 1983 Juan Carlos Campos Sagaseta “Koldo” (Pamplona, 1954). 
La escenografía y la iluminación también contribuyeron a crear el espacio ficcional. El escritorio con los documentos es suficiente para denotar la oficina de Dios y el púlpito permite a los personajes dar sus discursos a su audiencia (nosotros, el público). En general, es una obra divertida y reflexiva, que incluye en su comedia una gran crítica a la sociedad actual.
Se incluyen críticas a la prensa sensacionalista, la publicidad engañosa, la religiosidad y la corrupción. Todo en una parodia que pone en tela de juicio la verdad bíblica que se nos enseña: la mujer hizo caer a Adán y, por eso, ambos fueron desterrados del maravilloso jardín. En “Hágase la mujer”, es ella quien abandona el Edén porque no es el lugar de la igualdad con que soñaba. Un paraíso con diferencias, injusticias y mentiras, ¿podría llamarse así? 

FICHA DE LA OBRA
“Hágase la mujer” de Juan Carlos Campos – “Koldo”
Dirección: Carlos Victoria
Elenco: Laura Aramburú, Renato Pantigozo, Kike Casterot y Andrés Solano
Director de Producción: Boris Vizcarra Medina
Asistentes de Producción: Anabelle Gonzáles y Alfredo Gutiérrez
Temporada: Del 14 abril al 21 de mayo
Funciones: Viernes, sábados y domingos a las 8pm
Lugar: Asociación Cultural Campo Abierto (Ca. General Recavarren 560, Miraflores)
Entradas: S/ 40 (General) en Joinnus y la boletería del teatro
Un montaje de Acto 1 Producciones
Redes sociales: Facebook / Instagram

DANIELA VÁSQUEZ TIRADO
Crítica Teatral Sanmarquina