“Historias de luna” (adaptación)

Sexto Festival de Teatro Aficionado
Elenco: Entre Tablas y Trinches

Salir a escena por primera vez es serio desafío. El colectivo Entre Tablas y Trinches, elenco integrado por ocho estudiantes de psicología (de diversas especialidades) de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), vivió esta experiencia cuando exhibieron “Historias de luna”, el primer montaje que presentaron como grupo en el sexto Festival de Teatro Aficionado realizado en el Centro Cultural Peruano Japonés.
Aunque en un inicio iban a escenificar una obra de Sebastián Salazar Bondy, finalmente se decidieron por adaptar el célebre relato árabe “Las mil y una noches” en la época del Imperio incaico. Así, en lugar de bella Sheherezade vemos a una ñusta (princesa incaica) que deberá echar mano de su encanto y otros artilugios para librarse de morir a la mañana siguiente.
Noche a noche, la princesa contará inconclusos cuentos al soberano inca, que reemplaza al implacable sultán Harún al-Raschid. Uno de ellos sobre un general del Imperio inca, cuya misión es encontrar la felicidad, metaforizada con unas ojotas mágicas. Además, existen reminiscencias de Edipo en la obra: el general posee los pies hinchados y, además, enfrenta los enigmas de un temible monstruo, un cóndor andino que sustituye a la cruel esfinge de la leyenda original.
Luego del montaje, Carlos García-Rosell, docente de teatro radicado en Francia y actual profesor del Teatro Universidad de la Católica (TUC), conversó con el joven elenco. Tras compartir palabras, el asesor del Festival centró su atención en tres principios básicos que podrían mejorar su performance en escena. En primer lugar, incidió en la construcción de la acción dramática (conflicto) interesante para sostener la historia.
En su opinión, el ritmo escénico fue otro de los factores a mejorar. La puesta es episódica (utiliza los apagones para marcar escenas) pero conserva un movimiento uniforme y plano, lo que resta interés a varios de los pasajes. Con respecto a las actuaciones, perfectibles en la mayoría de casos, recomendó, cuidar aspectos más importantes que el texto en sí. Por ejemplo, el hecho de mirarse mientras actuaban o una eficaz construcción de personajes nacidas de una certera exploración.
De ese modo, los instó a trabajar más para no convertir la puesta en un acto declamativo, sino en un lenguaje integrado a los otros elementos como la acción, el ritmo, los objetivos de los personajes, la relación entre ellos, los juegos de espacio y distribución del escenario. Tras superar el debut, los integrantes de Entre Tablas y Trinches deberán hacer frente a nuevos retos para afirmarse en el mundo de las artes escénicas.

Cronista: EDER GUARDAMINO
Crítica Teatral Sanmarquina

Comentarios

Entradas populares