Carne de mujeres: el homenaje que todo hombre merece (ya era hora)
Para tener
una opinión imparcial y como caballeros que todos somos, deberíamos reconocer ciertas
características de nuestro género. Por ejemplo, está claro que nos encanta
fijar estándares. Además, nos crea cierto placer evaluar en ellas si su figura
o sus decisiones se ajustan a nuestra percepción de belleza y moralidad. Bueno,
te tengo una buena noticia, mi buen amigo:
Carne de mujeres nos autoriza a juzgar, a desear, a faltar al respeto
e ir más allá de una mirada. Las actrices son carne de cañón puestas en bandeja para nosotros, sin vidrio,
expuestas a la burla, el morbo y a nuestras calificaciones más antojadizas. Como
debe ser en realidad. Como corresponde desde hace mucho, porque nos hemos
ganado el derecho, tras una ardua labor de intimidación y poderío al sexo débil.
Porque ya nos hemos cansado que ante un «piropo», una metida de mano, un
comentario audaz, una foto o un video privado no nos permitan ser machos. ¿Qué
podemos hacer? Es natural, no me vengan con cosas. Si se ponen ese vestidito
pegado o esos panties con figuritas, ¿van a negar que quieren que las cojan? Y,
a veces, para colmo nos insultan, nos dicen «pendejos», abusivos, «machistas».
No hay problema. Igual las queremos, ¿verdad? Que no jodan, así somos y que se
comporten y se dediquen a lo que sirven. Si a ellas les gusta. Que no sean
caraduras ni se hagan las víctimas, por favor. Bien que quieren que las miren,
las silben y las traten duro.
Si después de
haber leído esto, estás de acuerdo y ésta es también tu opinión, o
probablemente niegues con la cabeza ser así: hay que ser muy cínico, un
imbécil, o quizás apenas sepas reconocer el sarcasmo. Existe una diferencia
marcada entre emitir una opinión y opinar con violencia. Incluso más marcada
cuando de acciones se trata. Dime ahora, ¿quién nos ha dado la potestad o el
permiso para amoldar cuerpos o meter mano por doquier? ¿Ya aterrizaste? Ahora
te cuento la verdad: Carne de mujeres
pone en escena a cuatro mujeres que en ningún momento se hacen las víctimas,
que no te piden ningún favor ni se han vestido para ti. Ellas te pintan las consecuencias
que arrastra la violencia de género y las orillas de una denuncia vigente, te dicen
en la cara que no necesitan aprobación alguna para vivir, porque su objetivo no
es agradarte.
Paco Caparó
tuvo la grandiosa idea de compartir su texto Mujeres –cuyo estreno fue en mayo de 2013-, con las voces de sus
actrices y la mirada de un intruso que a veces se viste con la piel de ellas para
transformase en Carne de mujeres, y
hacer del trabajo teatral un resultado honesto. Junto a Omar Del Águila, reúne
un elenco igual de valeroso y atrevido con la finalidad de plasmar y denunciar sobre
las tablas la desigualdad y abogar por la autonomía femenina en el sentido más
pleno: su cuerpo, su mente, su sexo. Una propuesta que no sólo quedará en una
frase como «¿y qué tal si cambiamos los roles?», sino en una premisa más
parecida a «¿qué tal si nos dejamos de cojudeces y nos damos cuenta de que no
somos titiriteros de nadie?». Un esfuerzo escénico encomiable, sinceridad en
potencia y mucha tarea para llevar a casa y, también, a la calle.
Ficha artística
Dramaturgia: Paco Caparó
Dirección:
Paco Caparó y Omar Del Águila
Elenco: Masha
Chávarri, Cintia Díaz del Olmo, Jonathan Oliveros
Katherina
Sanchez, Ivonne Trujillo.
Música:
ALUNADOS
Temporada:
Del 4 al 26 de julio
Funciones:
Sábados y domingos a las 8 pm.
Precio: General:
25 Nuevos Soles; estudiantes y jubilados: 15 Nuevos Soles.
Lugar: Clubde Teatro de Lima (Av. 28 de Julio 183-Miraflores)
Teléfonos:
(00511) 445-7780 y 447-7183
Sitio web:
www.clubdeteatrodelima.com
Christian
Saldívar
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