CUADROS DE UNA VIDA SIEMPRE PRESENTE
SOBRE:
“SAINT EX. EL HOMBRE DETRÁS DE ‘EL PRINCIPITO’”
“Saint Ex. El hombre detrás de ‘El Principito’”, obra escrita por Rafael Anselmi y
dirigida por Carlos García-Rosell, quien, a su vez, tiene el papel protagónico,
se presenta en el auditorio del Centro Cultural Ricardo Palma en Miraflores. El
texto es una buena excusa para acercarnos al mundo de Antoine de Saint-Exupéry
(1900-1944), quien escribiera el famoso libro de “El Principito”.
Carlos García-Rosell (centro) encabeza el elenco de "Saint-Ex" |
La obra nos conduce por el universo del
autor francés y las conexiones entre el mundo de su personaje literario y el de
la realidad de su propio contexto. Estamos, pues, frente a una propuesta de
experiencia sobre la vida y obra de este autor y el idealismo que acompaña al
tránsito entre una y otra realidad.
Se han hecho muchas versiones de “El Principito” en el teatro, sobre todo, textos para niños. Recuerdo una obra en
la que tuve la ocasión de participar como actriz: “El cielo está vacío” (2000)
de César de María que, bajo la producción del grupo de Teatro Imágenes, Komilfo
Teatro y Machine Theater (Francia) y un puñado de actores del Grupo Imágenes
compartieron escenario con actores como Adela Jara, Lucía Lora, Katiuska
Valencia Jackie Quino, Simonetta Vela y quien les escribe; entre otros nombres
que participaron de la corta temporada. Aquella vez, teniendo como punto de
partida al autor, se trabajaba con distintos lenguajes escénicos para lograr
una propuesta que reflejara el universo sensible de De Saint-Exupéry. Como historia de-construida, “Saint Ex” empieza
con el final, cuando su mujer escucha la noticia en la radio sobre el paradero
del autor y aviador francés. A continuación, la pieza nos sitúa poco tiempo
antes de que “Saint Ex” comenzara a escribir su “Principito”; la peculiar
relación con su esposa, sus editores; así como sus ideales, rivalidades y
habladurías. Las ideas que circundan a “Saint Ex” son idealismo, amor,
convivencia, creatividad, nacionalismo, libertad, enfrentar la guerra, el ser
artista y ser humano. Anselmi escribió el texto para Teatro Lab
2017, concurso de dramaturgia de la Universidad de Lima, en su primera versión,
en el cual obtiene una mención honrosa. La obra cumple con mostrarnos aspectos
interesantes de la vida del autor, pero creo que peca en la síntesis que hace
de ellos o poca profundidad con la que son tocados algunos temas.
Rocío Antero Cabrera y Carlos García-Rosell |
Los cuadros son cortos y la puesta en
escena, al respetar dichos cortes, genera un exceso de cambios escénicos con un
poco desarrollo de cada cuadro. Resulta pesado el exceso de cambios de escena,
movimientos simples de los objetos que pudieran ser reemplazados por otras
posibilidades escénicas con algún otro recurso que generara menos
interrupciones.
Con pocos recursos y un consistente elenco
actoral, García-Rosell logra mantener el interés del espectador en la obra y en
su propuesta escénica que nos va revelando un Saint-Exupéry complejo y rico,
partiendo de lo poco que conocíamos. Los constantes cambios por momentos hacen
perder el ritmo a la obra y la poca profundización de las escenas también. La balanza de dirección y actuación –que
cae sobre los hombros de García-Rosell– se inclina por una actuación consistente
y una dirección que resolvió el producto final, pero que pudo ir más allá en
algunas soluciones escénicas para un texto que se debería ver enriquecido por
la escena.
La escenografía es poca pero interesante
por su aparente versatilidad (un fondo blanco que hace las veces de ciclograma)
y una estructura poliforme que permite el uso de los distintos espacios que va
creando. El interesante uso de las luces que parece verse recortado por las
posibilidades que da la sala –no es un teatro, sino un auditorio que cumple con
esa función sin contar con todas los recursos que ofrece un espacio teatral–.
***
Rafael Anselmi (Lima, 1967), licenciado en
Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), nunca
olvidaría las extraordinarias clases del Padre Hubert Lanssier, quien siempre
citaba el texto de “El Principito” en su clase de filosofía en el Colegio S.S.
C.C. Recoleta a finales de los años 80. Tuve la fortuna de compartir aquellos años
con ambos personajes (Anselmi y Lanssier) y doy fe de ello. “El Principito” y
Saint-Exupéry; Saint-Exupéry y “El Principito” son una dupla que caló hondo en
las promociones recoletanas de aquellas épocas y me atrevería a decir de todas
aquellas promociones que tuvieron la fortuna de tener a Lanssier de maestro.
"Saint Ex" de Rafael Anselmi obtuvo la mención honrosa en Teatro Lab 2017 |
Anécdota aparte, hay que reconocer que el
autor tuvo muy buen ojo al elegir el tema, el personaje y la perspectiva desde
la cual entra a contarnos la vida de Saint-Exupéry. El autor propone que “El
Principito” es la historia simbólica de “Saint Ex”, una especie de alter ego; un
segundo plano que amplifica y desarrolla de una manera fantástica los momentos
de su vida.
Esta obra tan extraña y, a la vez, tan
fascinante es desenvuelta por el autor y la escena revelando no pocas
referencias al piloto, los viajes, la guerra, las diferencias culturales; no
pocas conexiones con la vida del autor en binomios como: amor/odio,
realidad/ficción, dentro/fuera, tierra/aire y vida/muerte. El contexto en el cual se mueve el
fragmento de vida de “Saint Ex” que vemos en escena; es el de la guerra, la
inestabilidad, el conflicto en lo personal y lo social. Esa misma sensación que
los lectores de “El Principito” tenemos aún en medio del desierto en el que el
piloto de la obra se encuentra con el pequeño niño que llega de la nada y se va
a la nada; como la vida. La puesta en escena en nuestros tiempos de similares
sensaciones y vivencias hace pertinente y actual la puesta a pesar de que la
anécdota se cuenta desde otro punto del planeta y en otro tiempo.
Las actuaciones cumplen, son correctas en
una puesta que no busca traicionar al autor sino, más bien, mostrar los mejores
ángulos de la historia que se cuenta por fragmentos. Por momentos, algunas
voces no se escuchan con claridad. “Saint Ex”, interpretado por García-Rosell,
tiene los recursos físicos y emocionales adecuados para la propuesta escénica y
mostrarnos un Antoine fuerte, libre e idealista; aunque, por ratos, el actor
pone mayor énfasis en tratar de mostrarnos el acento francés que, nos parece,
no es necesario cuando son otros elementos que deben cobrar mayor importancia
en la puesta.
Su mujer (Rocío Antero-Cabrera) hace un
buen contrapunto a la imagen del piloto, desarrollando poco a poco y a lo largo
de la temporada una relación que se hace creíble y va encontrando sus matices.
Aunque creemos que no nos queda claro por qué regresan siempre juntos, qué
vínculo tan fuerte hay entre ellos para que ello ocurra más allá de las
palabras y las escenas creadas por el autor; aún hay por descubrir esa historia
detrás de la relación “Saint Ex” y su mujer; que muchas veces se insinúa es
semejante a la de “El Principito” y su Rosa.
FICHA
DE LA OBRA
“Saint Ex. El hombre detrás de ‘El Principito’” de Rafael Anselmi
Director: Carlos García-Rosell
Dirección adjunta: Josie Mendoza
Dirección artística: Bertha Cabrejos
Elenco: Carlos García-Rosell, Rocío
Antero-Cabrera, Cynthia Schreiber, Jerry Galarreta, Gloria Klein y Jorge
Filinich
Lugar: Centro Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores)
Temporada: Del 05 de setiembre al 13 de
octubre
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Entradas: S/ 40 (General) y S/ 20
(Estudiantes y jubilados) en Joinnus
Producción: VIVE Producciones
DAISY
SÁNCHEZ BRAVO
Crítica
Teatral Sanmarquina
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