Convocatoria para "VENTANA 26"

ENTREVISTA A ROCÍO LIMO
Fundadora del Laboratorio de Creación Escénica Eines (LABCREA EINES)

Tras una productiva estadía de casi tres años en España, Rocío Limo Vélez ha decidido darle una pausa a sus habituales viajes. Desde enero en Lima la actriz y dramaturga fundó en mayo el Laboratorio de Creación Escénica Eines (LABCREA EINES) que recoge las propuestas y técnica del director argentino Jorge Eines.
Esta vez, junto al actor Walter Ramírez, dirigirán “VENTANA 26”, un interesante taller de discusión y análisis del trabajo del actor en escena basado en “Las 25 ventanas” (GEDISA, 2015), manual de arte dramático de este teórico teatral radicado en Madrid. Esta experiencia iniciará el próximo 13 de julio en el Centro Cultural España en Lima y la recepción de solicitudes acaba este 06 de julio. Puedes enviar tu cv al correo  info@laboratoriocreacionescenica.com
Se seleccionarán a dos directores, cuatro actores y dos dramaturgos para integrar este proceso supervisado por el director argentino y cuyos resultados aparecerán en el próximo libro de Eines. Crítica Teatral Sanmarquina conversó con Rocío Limo sobre este interesante proyecto que podría redefinir las relaciones entre director, actor y dramaturgo así como los procesos creativos en escena.

¿Coméntanos cómo surge VENTANA 26?
El proyecto “VENTANA 26” está orientado a la investigación escénica. Es más una discusión propositiva que de práctica en sí mismo. Por eso buscamos congregar a artistas escénicos (directores, dramaturgos, actores y actrices) para discutir sobre nuestro quehacer a partir de esta técnica.
Es decir, ponernos a hablar de cómo dirigir o cómo el actor debe prepararse y cómo podemos mejorar la relación director/a-dramaturgo/a, director/a-actor y director/a-actriz, en fin, todas las combinaciones posibles. Este taller se basará en “Las 25 ventanas”, libro de Jorge Eines editado por GEDISA hace algunos años. Se ha previsto que los resultados de la experiencia de análisis y discusión sean recopilados en el próximo libro de Eines “La Ventana 26”, bajo el mismo sello. El proyecto que estamos impulsando en Lima se ha realizado anteriormente en octubre en Madrid. Y se va a replicar en Argentina, Chile y México.

¿Cuándo conoces a Jorge Eines?
Conocí a Jorge Eines en el 2009 cuando el Centro Cultural de España y la Escuela Superior Nacional de Arte Dramático (ENSAD), lo invitaron a dictar un seminario sobre su técnica y a presentar un libro suyo. Tiempo después viajé a Barcelona, España. En el segundo año de mi estadía le escribí. Nos reunimos en Madrid y empecé a trabajar la técnica en la Escuela de Interpretación junto a él.
Jorge Eines
Cuando ya estaba por regresar a Lima, tras casi tres años, me invita a llevar su técnica a Lima y ser la encargada de impartir esta técnica que él maneja desde aquí. Así surgió el Laboratorio de Creación Escénica EINES de Lima en el que desarrollamos proyectos personales usando la técnica de Jorge Eines. El laboratorio empezó en mayo. Los proyectos nacen de procesos personales y cada participante va a su ritmo. De momento tenemos dos vacantes disponibles para las personas que deseen integrarse y aprender la técnica.

¿Qué aspectos aborda y cómo funciona esa técnica?
La técnica comienza con el trabajo previo –parte fundamental– y se divide en tres partes. Primero está el “trabajo autónomo”, que es un momento contigo para reconocerte, reconocer tu cuerpo, tus momentos y puntos de tensión; y que será esencial trabajar en el espacio y en la exploración física.
Luego viene la “gimnasia emocional” a partir del encuentro con el compañero, si se trabaja con alguien. La finalidad es romper un montón de paradigmas –esas ideas de cómo debería ser una determinada escena o algún personaje– instalados en nosotros o aprendidos como preconceptos. Lo ideal es que esta técnica te permita liberarte de estos prejuicios para poder enfrentar y crear un personaje que no existe. Uno que fluya desde la imaginación, la exploración y el juego. Finalmente viene el “Ritual”, momento en que el actor desarrolla la emoción y la pone en práctica en la escena.

Junto a Walter Ramírez, ¿cuál serán sus aportes en “VENTANA 26”?
Walter (Ramírez) estuvo un tiempo en Madrid con Jorge (Eines). El propio Jorge escribe sugiriéndome trabajar con Walter. Fue una buena recomendación ya que hacemos un buen equipo. Entonces en el laboratorio de creación yo guío el proceso dramatúrgico de los chicos y, a la vez, el trabajo previo de la técnica. 
Walter Ramírez
Walter (Ramírez) es actor y un gran apoyo en todo momento. Es un “segundo ojo” y observa todo desde fuera. Después de las clases siempre conversamos de las cosas que hemos visto y de cómo estamos viendo a los chicos. Sin duda, tener dos voces guiando un proceso es siempre más nutritivo.

¿Cómo afianza esto tu carrera en el teatro?
Me gusta la creación desde cualquier punto: sea la creación de un personaje con un texto de autor o la creación del todo. La simple posibilidad de crear algo que no existe me parece fascinante. Desde ahí he ido trabajando la creación de mis textos, pero con mucha exploración física y respuesta del cuerpo.
Esta “dramaturgia escénica” es un tipo de dramaturgia que me interesa. Puedo contar una historia y, al ser consciente de ello, me va a servir para complementar lo que se está diciendo. Desde allí trato de trabajar mis proyectos personales: siempre enfrentando el texto con el espacio.

¿Cómo aplicar la técnica, desarrollada en España, en Lima?
En eso pensaba cuando Jorge (Eines) me invita a dictar la técnica aquí. Entonces nace mucho de mi propia necesidad como creadora y actriz. Sentía que no había muchos espacios de creación y menos aún de aquellos que enseñen técnicas o diferentes métodos para llegar a construir la necesidad de personaje.
Rocío Limo
Hay gente muy talentosa enseñando, pero los pocos espacios de creación surgen más por una necesidad colectiva. El teatro peruano es de autogestión todo el tiempo. Esta cualidad nos puede llevar a pensar que también podamos contar lo que queramos, pensar qué queremos contar y cómo hacerlo.
Finalmente buscamos el financiamiento y los realizamos. Esa libertad –hacerse responsable de mi discurso– rescata el laboratorio. En cuanto a las clases estamos sistematizando y ordenando lo que queremos decir, dando vueltas a las ideas y luego enfrentándolas al espacio escénico desde la técnica.

¿Cómo juega la dramaturgia aquí?
Ahora veo más personas interesadas en la creación y hay mayor interés por la dramaturgia. La dramaturgia peruana está empezando nuevamente con creadores y creadoras maravillosos, pero no hay público. Hay que cuestionar eso y a pensar cómo hacer que nuestras obras lleguen y a donde quieren llegar.
Nuestro trabajo como personas de teatro es pensar en el público: el talón de Aquiles para todos. Hace algún tiempo que el Ministerio de Cultura ha empezado la gestión de públicos, un proyecto para captar al público joven y me parece  maravilloso, pero queda mucho más por hacer.

Finalmente, a tu regreso, ¿cómo ves el teatro local?
Es muy distinto. Sucede que cuando voy al teatro trato de ver más la dramaturgia nacional, aunque también veo montajes de afuera. Me interesa mucho saber y escuchar cómo estamos pensando nuestra propia historia. Es maravilloso y, a veces, sorprendente cómo se utilizan o crean los recursos.
Hacer una comparación resultaría complicada porque ambas sociedades son culturalmente diferentes. Europa tiene una sólida tradición de las artes, apuestan aún por la exploración de nuevos lenguajes y el público es una motivación a pesar de la crisis. En España hay un montón por ver y eso es estimulante.
Creo que estamos en un buen proceso y los proyectos auto-gestionados son cada vez más interesantes y arriesgados. Estamos escapando un poco más de lo clásico y están apareciendo más creadores dispuestos a probar cosas nuevas y hacer que el público se cuestione a partir de cómo te muestra la historia.

Entrevista: EDER GUARDAMINO / LUISA RAL
Crítica Teatral Sanmarquina

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