CUERPOS A MEDIA LUZ

SOBRE: “LA HABITACIÓN AZUL” 

Caminando lentamente, en ropa interior negra, los actores ingresan a escena como dos cuerpos sin alma. A ambos lados está el vestuario que cada uno irá usando a medida que vayan tomado la forma de personajes que nos harán conocer sus deseos, temores o anhelos y las casuales relaciones entre ellos. Esta es la primera imagen de “La habitación azul”.
Sebastian Stimman y Andrea Luna
Basada en “La ronda” (1897), una interesante pieza sobre las relaciones humanas escrita para ser “leída entre amigos” por el austriaco Arthur Schnitzler (1862–1931), esta obra fue adaptada en 1998 como “The Blue Room” por David Hare (Sussex, 1947). Con Nicole Kidman en su reparto, el dramaturgo inglés recibió grandes elogios a nivel internacional por poner en escena tan atrevida propuesta.
En esta ocasión, Mateo Chiarella, dramaturgo, docente y director de larga y exitosa trayectoria, delinea una decena de historias con Andrea Luna y Sebastian Stimman, quienes se exponen semidesnudos al público, en una pequeña sala circular iluminada a media luz. A través de múltiples personajes nos harán conocer, en una primera escena, a Irene, cuyo afán de conseguir algo de dinero la lleva a relacionarse íntimamente con un taxista.
En las siguientes escenas, que fluyen entre cambios de luces y vestuario, un personaje nos llevará a conocer a otro nuevo hasta que finalmente se cierra el círculo y regresamos a Irene. Resulta interesante observar cómo los personajes encuentran en la intimidad la mejor forma de relacionarse. Esta no sería la primera vez que “La habitación azul” llegara a las tablas. En 1998 se estrenó tanto en Londres como en Broadway, New York, recibiendo en esta última ciudad comentarios diversos. En Inglaterra, sin embargo, se dijo de la obra que era un “viagra teatral”. Y es que en realidades distintas, el público valora los desnudos en escena también de manera muy dispar.
Intimidad y soledad en "La habitación azul",
obra de David Hare
En la sala del Teatro Ricardo Blume de Lima, Luna muestra una especial confianza sobre su cuerpo que se traslada al público y minimiza el pudor típico para con este tipo de escenas.
La calidad actoral es puesta a prueba al interpretar una decena de personajes. Stimman realiza una tarea excelente, a pesar de que en la última escena corre para poder alcanzar el vestuario y poder enunciar a tiempo el texto de su personaje. Aunque esta acción rompe con la concentración y fuerza de la escena, es más, una mínima observación a la dirección. Por otro lado, Luna, quien ha ganado solidez escénica con la experiencia de los años, se muestra en esta desafiante pieza teatral un tanto inconsistente en la diferenciación de sus personajes que, si bien no es algo que reste demasiado a la puesta, la ausencia de matices se presta un tanto a confusiones del público. La dirección de Mateo Chiarella mantiene la semioscuridad escénica, el desenfado de los desnudos y lleva bien las escenas eróticas por las que otros directores fueron acusados de obscenidad. Sin embargo, esos fueron otros tiempos y en nuestra modernidad muchos podrían sentirse identificados. 

FICHA DE LA OBRA
“La habitación azul” de David Hare
Dirección: Mateo Chiarella
Elenco: Andrea Luna y Sebastian Stimman
Lugar: Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María)
Funciones: Jueves y viernes a las 8pm / Sábados y domingos a las 7 pm
Temporada: Del 27 de abril al 14 de julio de 2019
Entradas: S/ 55 (General Platea), S/ 38.5 (General Mezzanine), S/ 44 (Jubilados Platea), S/ 33 (Jubilados Mezzanine), S/ 27.5 (Conadis y Estudiantes). 

MARISOLEIL
Crítica Teatral Sanmarquina

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