“Humara Tumhara Phir Milan”, de Nisha Patel
Elenco:
Grupo de Arte y Cultura Hindustan del Perú (Miraflores)
Sexto
Festival de Teatro Aficionado
Sábado
11 de agosto 2012
El sexto Festival de Teatro Aficionado se llenó de
energía, colorido y música con la presencia del Grupo de Arte y Cultura Hindustan
del Perú. Su musical “Humara Tumhara Phir Milan” (Nuestro reencuentro), de
Nisha Patel, colocó a más de doce actores en escena –la mayoría de ellos, adolescentes–,
quienes con mucho ritmo en las escenas coreográficas, deleitaron al público con
una entretenida historia al estilo hindú.
Este dinámico elenco cerró las actuaciones del sábado 11
de agosto entre interminables aplausos de la asistencia. Luego del montaje,
intentamos conversar con los entusiastas bailarines que, aunque dispersos, escucharon
las indicaciones de Fernando Fernández, asesor asignado a este grupo teatral. Su
comentario fue concreto y lo resumió así: la danza hindú es compleja y al realizarse
debe mostrarse profundidad.
Para la voz grabada que acompañaba la puesta, sugirió,
por ejemplo, un mayor estudio o, en todo caso, que sea una voz en vivo. La
cortina musical superaba las voces de los actores y eso perdía el hilo
secuencial de la obra. Para evitar estos problemas técnicos –básicamente de sonido–
debería probarse el audio en horarios diferentes y, de ese modo, se lograría
graduar o acentuar para que el día de la presentación quede impecable.
“Humara Tumhara Phir Milan” muestra el tema de la
reencarnación pero desde una perspectiva algo superficial, lo que se recomienda
profundizar más. Esta puesta narra los inicios de una relación de jóvenes que queda
en el subconsciente y se presenta en otra vida (ya reencarnados), pero esta
interesante premisa –una cuestión filosófica de la India– queda reducida o simplificada
ante nuestros ojos occidentales debido a la poca profundidad. En líneas
generales, la danza fue sugestiva, agradable y colorida, pero debería cuidarse
la estética.
Si, por ejemplo, la danza requiere el uso de prendas
pequeñas, éstas deberían conservar un estilo acorde a la contextura de las actrices.
O, en todo caso, cambiar las prendas pequeñas por alguna más larga, que se
amolde a la figura de las bailarinas, privilegiando la estética en este estilo
de danzas. Finalmente, Fernández aconsejó que para trabajar una cultura
extranjera debe estudiarse al detalle los conflictos y anhelos (la
reencarnación) y los códigos (danza o la estética) para transmitirlo
adecuadamente.
Cronista:
LUISA RIVAS ALVARADO
Crítica
Teatral Sanmarquina
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