“La Caperucita Feroz”

Elenco: Amor por el Arte (Rímac)
Autor: Jorge Luis Márquez, adaptada por Jorge Ísmodes
Sábado 4 de agosto de 2012
Sexto Festival de Teatro Aficionado

El Sexto Festival de Teatro Aficionado inauguró su muestra anual con una obra bastante peculiar y divertida que grandes y chicos disfrutaron, sobre todo, los niños. El primer grupo en presentarse fue Amor por el arte, conformado por jóvenes entusiastas e interesados en el teatro. Si bien el grupo pertenece al distrito del Rímac, algunos de ellos nos comentaron que viven en distritos aledaños. Ellos presentaron “La Caperucita Feroz”, adaptación del famoso cuento “La Caperucita Roja”, que Jorge Ísmodes, integrante del grupo, ha realizado para ponerla en escena.
La historia nos presenta un cambio radical en los prototipos que caracterizan a esta obra: una caperucita y una abuelita nada inocentes que le hacen la vida imposible al lobo feroz (que de feroz no tiene nada y de bueno mucho). Ellas confabulan y crean diferentes conflictos –muy graciosos, por cierto– para inculpar al lobo de haberles hecho mal y que los cazadores (algo valientes, pero muy irreverentes) puedan darle el castigo que supuestamente se merece.
Al finalizar la presentación, Luis Kanashiro, gestor e impulsor de este evento, invitó a pasar al frente a los cronistas que estuvimos presentes aquel día (Ada Landeo, Eder Guardamino y yo, Bertha Ávila) y a los asesores que ese día harían las observaciones a los grupos: Francisco Echeandía, actor, director y docente egresado del TUC, y Daysi Sánchez, actriz, crítica y dramaturga teatral. Frente al público, cada uno comentó la función que desempeñaría como grupo a lo largo del festival y motivamos al público a seguir apoyando con su asistencia al festival.
Luego de ello, nos dirigimos a la sala en la que se encontraban los actores, ya descansados y cambiados, para oír los comentarios respectivos. En esta primera asesoría del festival muchas dudas e inquietudes se resolvieron. Por ejemplo, comentó el asesor, si bien “La caperucita” es una obra dirigida para niños, el grupo debe preguntarse qué quiere la obra y cuál es exactamente su público objetivo ya que en algunos momentos lo gracioso resultaba siendo para mayores (el audio de Melcochita diciendo “Imbécil”) y eso podría generar confusiones, aunque no estrictamente en un sentido moralista.
Un punto que resaltó Echeandía fue el juego de personajes populares dentro de una historia consolidada como “La Caperucita”. Una mezcla bastante interesante ya que en un momento aparece el Chapulín Colorado con el lobo, entonces aquí también va otra observación: “¿Qué se quiere lograr con cada escena?”, pregunta el asesor. Y, además, aconseja tener un límite de personajes que entran y salen de escena, para hacer más atractiva la puesta y sorprender al público. Se habló de la importancia en la continuidad de los actores, es decir, mantenerse en su actuación a lo largo de la obra y la necesidad de delimitar los espacios del actor y la utilería.
Y es de suma pertinencia mantener un mismo lenguaje dentro de la obra (al final colocan una canción en inglés). Del mismo modo, reafirmar las características de los personajes para incrementar su dinamismo, mantener la independencia de cada personaje para trabajar en equipo, y considerarlo como estrategia para enganchar al público. Al final de la asesoría, los jóvenes actores agradecieron la amabilidad y los consejos que el asesor les dio.

Cronista: BERTHA ÁVILA PELÁEZ
Crítica Teatral Sanmarquina

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