“Sentidia: el continente de los sentidos y no sentida”

Elenco: Escuela de Arte Patricia Serra (Chaclacayo)
Autor: adaptación del cuento de Juan Mujica, de su libro “Alucinógeno”
Sexto Festival de Teatro Aficionado
Sábado 4 de agosto de 2012

Luego de la “Caperucita feroz”, Patricia Serra nos presentó una adaptación del cuento peruano “Sentidia: el continente de los sentidos y no sentida”. Los actores estaban conformados por cuatro niños y un adolescente. La historia de Sentidia nos habla de un continente muy lejano, anterior a la Pangea, en el cual los dioses intentaron crear el universo. Luego de ver esta puesta –más corta que la anterior– Francisco Echeandía, el asesor, conversó con el grupo y les dio detalles de sus aciertos y puntos que deberían reforzar. Echeandía tuvo bastante facilidad para asesorar a la directora Patricia Serra pues ambos fueron alumnos del TUC.
El asesor felicitó a Serra por inculcar el amor por el teatro en los más pequeños, con metodologías, diversas preparaciones y ejercicios de estímulos que ella imparte. Esto se debe principalmente, a que en su escuela, ella enseña teatro a personas de todas las edades: niños desde los cuatro años, adolescentes y adultos. En esta obra, por ejemplo, participaron niños del grupo de cuatro a diez años. Aunque, comentó, lamentablemente algunos actores tuvieron dificultades para participar y por eso recurrieron a cambios de último hora, como reemplazar a un actor por un chico de un grupo más avanzado. Él tuvo que estudiar su personaje ese mismo día.
A diferencia de la primera obra, aquí hubo un narrador. Para el asesor, su papel debió estar más marcado al estar presente en el escenario y hubiese reforzado la obra, entrando y saliendo cuando sea necesario, reforzando la idea de que los pequeños estaban en un mundo de fantasía. Por ser niños, Echeandía recordó la necesidad de realizar un mayor juego, de una forma ordenada, con ellos en todo el escenario ya que por momentos lucía vacío. Una debilidad que recalcó es la presencia del actor en escena. Al principio, las primeras niñas que aparecieron dijeron muy bien su guión, pero conforme avanzaba la obra perdieron presencia.
Algo muy curioso y gracioso de la puesta es que una de las niñas, por ser la primera vez que actuaba, cometía el error de aparecer en escena cuando no le tocaba. Por ello, recomendó tener más cuidado ya que dentro del escenario todo es visible. Y es necesario reforzar con más imágenes y delimitar un poco la parte del narrador e impedir que el texto supere a la puesta, creando una densidad innecesaria para el público. Finalmente, felicitó a cada actor por el trabajo realizado.

Cronista: BERTHA ÁVILA PELÁEZ
Crítica Teatral Sanmarquina

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